Chinos, modernos y morcillas.

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Dudo que a Tom Ford le pase lo mismo que a mí. No me lo imagino yendo a hablar con su equipo y que éste le diga entre patrón y patrón: “toma, Tom, un Tupper de migas con tocino del pueblo pa’ti”.

A mí ayer me dieron morcilla.

Quedé con Manoli para comprobar cómo estaban quedando nuestras últimas creaciones y decidir las siguientes, y cuando menos me lo esperaba me suelta una morcilla de Segovia congelada encima de los bocetos. Envuelta en papel de plata, no penséis.

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\»Que igual luego se me olvida dártela\», me dijo.

De forma muy natural, a la par que elegante, agarré la pedazo de morcilla y la puse en el interior de mi bolso comprado en Tokyo (dentro de una bolsa de plástico, no fuera a resudar). Acto seguido me probé una pieza, ultimamos los bocetos de otra, besé a Manoli, llegué a casa y preparé un sofrito de tomate. Hay que valer para todo.

En la fría noche del minipiso sonaba MUSE, y al amparo de la música Indie cenamos morcilla desmenuzada revuelta con huevo, acompañada de rojadas de morcilla salteadas sobre un lecho de salsa de tomate. Vamos, morcilla al cuadrado, o morcilla cubista si queremos ser más finos. Ah, y un poco de brócoli, por aquello de dar color y quitar pesares. Igualito que Karl Lagerfeld, seguro.

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En algún lugar leí que modernidad y saber comer no congeniaban. Y yo me niego. Reivindico las lentejas y el arroz (que soy capaz de preparar de cualquier manera, incluso llevando Kimono), por no hablar de la tortilla de patata.

Por cierto que la otra noche fuimos a una fiesta donde probamos una tortilla de patatas exquisita, y cuando fui a felicitar al “autor” resultó ser un polaco que llevaba pocos meses entre nosotros. Señores, así nos va.

PITICLI quiere montar una tortillería y yo creo que es una idea estupenda. Y si mi madre no fuera actualmente la Donald Trump de los jabones le pediríamos colaboración.

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Y tanta comida me lleva inevitablemente a lo que se nos avecina: los encuentros Navideños. Es pensarlo y a la vez que se me hace la boca agua me entran convulsiones.

Como dice un amigo: “¡Tanto yoga y tanto templo budista para qué! ¡El verdadero autocontrol se trabaja en las comidas familiares!”. Cuánta razón.

Este año, además de pedir la paz del mundo y el tuti-empleo para Spain, le pido al Ecce Homo que no aparezca la política en las comidas familiares. Y si eso se cumple ya no hace falta que me traigan el karaoke de la WII para Reyes.

De momento, por si acaso, nada mejor que convalidar todas las comidas en casa posibles por encuentros en restaurantes. Un espacio neutral garantiza algo de autocontrol, acorta la duración del evento y de paso reactiva la economía.

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Y como la economía tampoco está para muchos trotes os paso un par de direcciones anticrisis.

 

BAR CALDERS. Nuestro bar favorito ha sido galardonado con el premio Time Out al mejor bar de Barcelona. Se lo merece. Por el trato, por el ambiente… por esos calamares o esa pizzeta japonesa. Y si estáis por la zona (el Williamsburg barcelonés), vale la pena entrar a la ex peluquería y actual pastelería Zuckerhaus o al estupendo Tarannà.

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Restaurante YING BIN. Uno de los últimos restaurantes abiertos en el Chinatown de la ciudad. Si quieres ver dónde celebran actualmente los chinos de la zona sus encuentros con amigos o familia éste es el lugar. Carta muy interesante (fondues chinas, pastas, patatas…) y precios súper ajustados.

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¡Sed muy felices! ¡Y gracias, Manoli, por darme morcilla!

🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.

 

 

 

 

 

 

 

10 comentarios en “Chinos, modernos y morcillas.”

  1. Under a The Black Pudding

    ¡Qué genial descubrir Barcelona con tus posts! ¿Cómo sabes tanto? ¿Te contactan? ¿Investigadores privados? ¿Eres buzoneador? ¿Para cuándo un post de autoayuda «Qué hacer para descubrir una ciudad»?

    Y di que sí, ¡más morcilla y menos costilla! Las angels de Victoria Secret parecen el recuerdo de un ser humano nutrido.

    1. Agustín Bonifacio

      Pues no se hable más. En el próximo desfile de VS hacemos una performance lanzando morcillas a las angelicas. ¡EA!
      Gracias por tus palabras 🙂
      ¡BESOS!

  2. Esta vez te has superado! Cómo me he reído… No estaría mal el San Esteban hacerlo en Ying Bin. Oye tu, un pato pekin y un poco de fondue y ya no nos comemos la cabeza, y cerquita cerquita de casa, qué más se puede pedir! Jejej

    1. Agustín Bonifacio

      ¡Qué sorpresa! ¡No pensé que te haría tanta gracia! ¡OLE OLE!
      Sí, ese sitio lo tiene todo, jaja.
      ¡BESOS!

  3. Querido Agustín: Qué ingenio tienes! Me encanta leer tus posts.

    Una observación: ¿te has fijado que en las películas americanas cuando tienen que cocinar algo siempre trocean verduras sobre una tabla de madera? Eso y la carne asada con puré de patata y guisantes (para cenar, no me lo creo) y los pancakes mañaneros.

    Tú eres el vivo ejemplo de que se puede comer morcilla con glamour.

    Tomo nota de tus buenas direcciones y espero verte pronto por aquí, un beso, Guadalupe

  4. María cortés cocinacardiosaludable

    Un post excelente, no para que le den morcilla. Nosotros este año tampoco discutimos en fin de Año, nos vamos a Londres…He descubierto otra cosa que tenemos en común: MUSE…me encanta. un abrazo!!

    1. Agustín Bonifacio

      ¡Qué buen plan tenéis para este fin de año! ¡FELICIDADES!
      Jo, me siento súper halagado con tanto bonito que me dices…
      ¡BESOS!

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