Afonías, matrimonios y milongas
Soy el marido ideal. O lo que es lo mismo: me he quedado afónico perdido. Mi voz es un leve susurro, todo lo contrario de mis amigdalas, del tamaño de la catedral de Burgos. Pero veo a PITICLI feliz y eso me llena. Como ya anuncié en el anterior post, estoy con …