La otra tarde Lady Laca nos regaló una foto suya muy original. A simple vista parecía un bucólico retrato campestre, con ella muy risueña y guapetona, rodeada de fresco paraje primaveral, pero tenía sorpresa.
\»¿No notas nada?\», me decía. \»No, respondía yo\». \»Anda, fíjate bien. ¿Dónde estoy?\».
Y, efectivamente, si mirabas con atención había sorpresa. Estaba apoyada en un contenedor. Era una especie de caseta de madera de la que asomaba un cubo de basura muy mono, diseñado para no destacar demasiado en el bosque.
\»En cuanto lo vi pensé, me hago una foto para mi hijo, que le gustan las cosas kitsch\».
Creo que estoy creando un monstruo. ¿Qué madre regala a su hijo un retrato en un contenedor? Eso sí, la foto es buenísima, hay que reconocerlo.
Esto sucedía hace poco, en el reencuentro tras las vacaciones que ella y mi
padre pasaron en la España Abismal. A diferencia del efecto que producen esas tierras en mí, ellos volvieron contentos, unidos y sin sarpullido alguno. También es cierto que me reconoció que si se hubieran quedado más días no hubiera tenido que fingir para interpretar a Juana la Loca.
Definitivamente, una retirada a tiempo es una victoria. Y no solo ella sigue esa estrategia, hasta mi abuelo la secunda. El hombre vive con su novia de 84 años en Zaragoza, y sólo va a pasar unos días por aquellos pueblos de cuyo nombre no quiero acordarme para cumplir expediente, visitar a algunos hijos, y volverse rápidamente al amparo de la Pilarica antes de que el chaleco antibalas empiece a desgastarse.
Pero a lo que iba, que mi madre vino de visita, y cómo no, llegó cargada con una mochila que debía pesar al menos 250 kilos, llenita de souvenirs y de tupperwares congelados, por aquello de que \»como cocina una madre nadie lo hace\».
Venía vestida, según explicó, \»al estilo ciudad\», con un conjunto negro, tacones, y americana fucsia, y no cumplió su amenaza de traer el conjunto \»groupy de Camela\». \»Solo lo dije para asustarte\», me comentó después.
Yo le pregunté cómo había hecho para arrastrar aquel mochilón hasta donde nos encontramos, y me comentó que no lo había traído ella. Resulta que en el autocar iba montado también un chino que ella conoce de comprar en el bazar, y éste, al ver su equipaje -y sospecho que la carita de damisela desvalida que ella como nadie sabe hacer- amablemente le había dicho \»no pleocupal, yo lleval bolsa hasta alco del tliunfo\». Decididamente, Lady Laca va a recibir cualquier día un puesto como embajadora de la ONU.
Total, que pasamos la tarde en casa, tomando el té (una afición muy arraigada en ella) y comentando sus vacaciones. Al irse, y para compensar el cargamento equivalente a medio almacén del banco mundial de alimentos, fuimos dando un paseo hasta la parada y le compré un foulard a juego con su americana. Desde la calle, PITICLI y yo vimos cómo se alejaba una mancha fucsia que nos saludaba desde la ventanilla.
Las madres, qué tremendas.
Yo conozco unas cuantas -de tremendas, digo-; desde la que tiene una relación tan estupenda y abierta con su hija (una de mis Musas) que pueden pasar una tarde entera bebiendo cava en la piscina de la primera, hablando de novios o comentando cuáles son los mejores juguetes eróticos en un catálogo para pedirlos; a la que engancha a sus hijos por banda para hablar sin tapujos de las drogas y sus efectos. Por cierto que esta misma (otra de la Musas) es tan genial haciendo de madre como de hija.
Su padre vive en el domicilio familiar, y el hombre, que ya no ve, la va siguiendo continuamente por la casa para hablar con ella mientras ésta realiza las tareas domésticas. Como esto acaba siendo poco práctico, mi Musa lo termina colocando en un punto medio del pasillo donde él pueda oírla esté donde esté. O puesto que el médico le ha dicho que el hombre debe caminar (y éste se resiste), lo lleva a la generosa terraza que tienen para que vaya dando vueltas de un lado a otro mientras charlan.
Una vez al año, además, mi Musa ya avisa: \»Mañana no vengo que tengo que pasarle la ITV a mi padre\». Ese día, ella organiza todas la visitas médicas en una misma jornada y se van juntos al examen completo. Lo cuida tan bien que el hombre está estupendo. ¿Será porque pese a no tener casi tiempo es capaz de prepararle plato de puchero para cada día?
Por cierto que esto me recuerda a otra que también preparaba unos pucheros estupendos, pero que además destacaba por distintos motivos: Ella tenía su propia concepción de la \»educación especial\» y no se destacaba para su recato a la hora de abordar determinados temas con los profesionales.
Me explico. Ella era la madre de una ex compañera de trabajo en la época en que me dedicaba a ser educador de personas con discapacidad psíquica. La señora regentaba un bar donde servían unas comidas caseras estupendas, y alguna vez habíamos pasado a comer por allí. Pues bien, en cuanto me descuidaba, ya les estaba dando monedas a los chicos con discapacidad para que jugaran a la máquina tragaperras o sacaran tabaco de la máquina.
Su hija y yo escandalizados, y ella entonces nos miraba y argumentaba tranquilamente: \»mirad, lo que nos hace más humanos son nuestros vicios; y si estos chicos no tienen, ¿en qué se acabarán convirtiendo, en máquinas?\».
Pese a que el discurso no estaba falto de cuestiones interesantes, nosotros la reprendíamos, les quitábamos las monedas (y el tabaco) a los chicos y nos íbamos del lugar.
Pero siempre volvíamos, porque la comida era buenísima. Y ella seguía erre que erre, con monedas para ellos y sin pelos en la lengua.
Como la vez en que un 13 de febrero, de paseo por el campo, metió el pie en un hoyo, cayó y se quedó paralizada hasta que un equipo de rescate la pudo venir a salvar. Según nos contaba, mientras se encontraba en urgencias, la doctora le explicó que se había roto la pierna por varias partes y tenía que enyesarla.
Así que empezaron a aplicar el yeso desde el pie, e iban subiendo, subiendo, subiendo… hasta que la madre de mi amiga les paró, diciendo: \»¡doctora, no me escayole hasta tan arriba -bueno, ella dijo otra palabra, pero la omitiré- , que mañana es el día de los enamorados!\». Así que la perpleja médico, ante la firme postura de la señora, no escayoló más.
Y lo mismo que la doctora paró de escayolar, yo paro de escribir. Hasta aquí el post.
Porque si no, no me va a dar tiempo de todo: tengo que preparar una charla + una clase en la Universidad para la primera semana de junio y mañana parto para la capital del reino a unos cursos intensivos y no me he preparado la maleta aún. Y claro, aunque casi no voy a tener tiempo libre, tengo que lucir mis mejores galas por Madrid.
Os retomo a mi vuelta. Mientras… ¡Sed muy felices!
Ay…las madres, las madres…. enciclopedias se puede escribir sobre ellas. La mia está orgullosa de mi, porque dice que parecemos hermanas. ¿¿¿?? Y yo, digo lo mismo de mi hija… que parecemos hermanas… Total, que somos trillizas!!!! abuela, madre y nieta… las madres son lo mejor del mundo!!! Aunque a veces tienen salidas «¿peculiares?». Un beso a todas ellas!!! Y otro muy fuerte para ti, muso HKB!!!
Madres, madres, madres… que grandes momentos nos hacen pasar… un recuerdo bastante humillante para mi fue cuando mi madre me presentó a una chica en el ascensor de un hotel para que hiciésemos amistad… y yo tenía quince años!!! «Mira este es mi hijo» y su hijo deseó ser camaleón…
Que vaya muy bien por Madrid!
El video es divino,Boni y el post maravilloso como siempre
Madre no hay mas que una, y a ti te encontré en la calle¡ Envidia¡ envidia¡ sana eh? a todos los que por suerte todavia teneis a la mama dando la tabarra.
Besos
Ai las madres! qué haríamos sin ellas? yo me he pasado un estupendo puente con la mía, me ha mimado mucho y como la tuya no ha dejado que me volviera sin miles de fiambreras (léase tupperware, que yo soy más rural que tu querido)….
Besitos
La capital del reino, no hace más que echarte de menos, te fuiste y todo se nubló (y los aires acondicionados los pusieron a una temperatura razonable)
Oye, a mí me asalta una duda tremenda ¿cómo es un conjunto groupy camela? Aunque no sé si quiero saberlo.. bueno, sí, cuéntamelo… Creo que estoy preparada…
He de decirte, otra vez, que me encanta tu abuelo y que soy fan de Lady Laca… y a la señora que dijo “doctora, no me escayole hasta tan arriba que mañana es el día de los enamorados” habría que levantarle una estatua.
Modelo, un beso fuerte…
Maestra Gemma: jajaja. Seguro que da gusto veros a las tres juntas. ¡Ni las trillizas de Julio Iglesias! Un besazo fuerte.
Tremendo UtM: ¡veo que tu madre no se corta un pelo! Como solucione todo con la misma diligencia, ¡llegará a ser presidenta! Espero que disfrutaras de aquella amistad espontánea, jaja. ¡Besos!
Maestra Mercè: mil gracias por tus palabras. Eres un sol y sientan fenomenal. Un beso enorme.
Maravillosa Carmen (de España): sí, tienes toda la razón, hay que disfrutarlas. Lo mismo que hay que disfrutarte a ti. ¡Musa! Eres la mejor. ¡Besos!
Estupenda Musa Heidi: cómo me alegra saber que lo habéis pasado tan bien. Y qué decir de esos tuppers… ¡Huuumm! Y encima todo productos de primera (que yo me los conozco). En tu caso, además, no lo puedes negar, de tal palo…
¡Miles de besos!
Adoradísima Kiku: para saber cómo es una grouppy de Camela tienes dos opciones. Una es imaginártela con mucho volante, bordado, licra y brilli-brilli. Otra es recordar mentalmente a Coco Chanel y entonces pensar en cómo sería todo lo contrario, jaja.
Transmitiré tu comentario-fan a Lady Laca y al Súper-Abuelo.
Echo mucho de menos a Madrid y a ti. ¡Besos enormes!
Madres terremoto.. Great idea 🙂
Madres terremoto.. Peachy 🙂
Madres terremoto.. Slap-up 🙂
Madres terremoto.. Keen 🙂