Saber Estar

\"no\"pensativa

 


 
\"exitosoMenudo arte el del saber estar
. Admiro profundamente a la gente que lo domina. Yo lo intento, de verdad que lo intento, especialmente en determinadas reuniones de trabajo, pero cuando parece que tengo todos mis impulsos calmaditos, mi inconsciente lanza el siguiente mensaje:

          Aquí el subconsciente capullo llamando a control, repito, aquí subconsciente con ganas de guerra llamando a control, solicito permiso para soltar por la boca unas frescas.

 

Y no sé muy bien por qué, pero le dan permiso.

 


\"ellaSupongo que me puede el afán de protagonismo, o la identificación con el llanero solitario. Al menos en los últimos tiempos me he puesto un filtro de ironía elegante justo delante de los colmillos y la cosa no queda tan fea. Pero claro, no es plan. Con lo que admiro yo la prudencia…

 

Tengo una compañera, en cambio, que es ideal. Ella puede estar en mitad de un berenjenal tremendo, en el que las flechas (o desacreditaciones) vienen y van (algunas contra ella) y la tipa no pierde la pose digna, lo cual siempre desprestigia al resto. Yo creo que cuando la gente escupe sapos y culebras ella conecta mentalmente el Canal + y se proyecta alguna película en blanco y negro.

 


\"unaY lo mismo si uno va con ella a una recepción o acto oficial. Mientras la susodicha sostiene elegantemente una copa de vino para charlar discretamente con el personal (al más puro \»small talk\» inglés) yo me abalanzo a la mesa de canapés, y tras devorar no sólo el contenido de la mesa, sino también el de las bandejas que van sacando los camareros (me suelo situar cerca de la puerta por la que salen debido a mi complejo de IMSERSO Man) empiezo a realizar con los asistentes una sesión de auto marketing. Fatal, fatal, pero ya lo dice la Musa Mexicana, sufro de querer siempre \»el foco sobre mí\». Con lo mono que suelo ir (porque los estilismos sí me los curro) calladito estaría mucho más guapo. Pero no, yo cambio misterio por zafarrancho.

 

Debería hacer más caso a la genial frase de W. Somerset: \»en una recepción uno debería comer de forma inteligente pero no demasiado bien, y hablar bien pero no demasiado inteligentemente\».

 


\"unAunque el caso más extremo de elegancia en cualquier situación que he conocido es el de Adela, una señora que conocí durante mi viaje por China en el 2005. La señora rondaba los 60 años y pertenecía a la clase acomodada (toda una Lomana catalana). En un verano en el que el termómetro rondaba los 40 grados y la humedad el 500% su pelo rubio ni se despeinaba. Yo tenía el cabello cual fregona, pegado a mi frente, y ella tan fresca. Nunca la vi sudar.

Un día fuimos a recorrer la Gran Muralla, y mientras estábamos todos sacando la lengua y chorreando como las ballerinas de tanto subir y bajar, ella avanzaba a buen ritmo con sus shorts de explorador, su camisa verde remangada, su sombrero y sus perlas. Al preguntarle cómo lo hacía argumentaba que debía ser porque cada mañana hacía pilates.

 


\"ellaDe vuelta en el hotel, cuando servidor se iba a la habitación a desparramarse y fumarse un cigarro, Adela preguntaba por el salón de belleza del establecimiento y la boutique, de manera que para la hora de la cena reaparecía cual Isabel Preysler en la recepción al Embajador. Todo lo encontraba ideal y baratísimo, y yo la encontraba ideal a ella.

Si a la vuelta yo vine cargado con los típicos guerreros de terracota, el Libro Rojo y una mochila obrera, ella lo hizo con una perla negra del tamaño de un parche pirata que su marido le había comprado porque ella la había encontrado ideal y baratísima.

 

Nada como ser una señora estupenda y viajada. Como la anécdota de un viaje en barco que me contaron unas conocidas. Se habían regalado una escapada a Mallorca en ferry desde Barcelona, y cuando estaban imaginando lo bien que se lo iban a pasar el barco se metió de pleno en una tormenta. Todo se balanceaba. Todo el mundo se mareaba. La gente empezó a vomitar por todos lados y por megafonía se escuchó el temido mensaje de: \»¿hay algún médico entre los pasajeros?\».


\"aEllas intentaban contener sus propias ganas de vomitar, agarrándose como podían donde podían, mientras el ferry iba dando bandazos, maldiciendo el día en que se habían propuesto el viaje, cuando llegaron a la cafetería. Allí, entre las gentes tiradas por el suelo, vieron a tres jubiladas divinas sentadas en una mesa, mojando hábilmente sus croissants en sus cafés con leche, diciendo: \»la gente se asusta por cualquier cosa, si esto no es nada comparado con aquel huracán en el Caribe, ¿recordáis?\».

 

Sin llegar a esos extremos, aunque también una experta en compostura social, tenemos a Lady Laca. Eso sí, de vez en cuando la lengua la traiciona. Recuerdo una ocasión en la que nos encontramos a una señora con cara compungida, y al preguntarle Lady Laca qué le sucedía la mujer respondió que justo cuando acababan de comprarse una casa para \"hacendosaretirarse a disfrutar de la jubilación el marido había muerto. Lady Laca la miró seriamente, le tomó la mano y dijo: \»es que no se pueden hacer Flanes\».

Sin poderlo evitar, mi madre y yo nos miramos y nos empezamos a partir de la risa. Ni que decir tiene que la señora, ante nuestra incapacidad para parar de reír se largó.

 

En lo que Lady Laca debería mejorar es en el don de la oportunidad. Tiene la brillante intuición para llamar por teléfono siempre que estás en el baño, echando la siesta o en circunstancias peores (o mejores, depende como se mire).

Da igual si has estado esperando su llamada durante las dos horas anteriores, ella llama cuando su alarma antioportunidad se lo indica. Y no penséis que llama una vez, no, ella llama varias. El otro día llamó tanto y en una circunstancia tan poco adecuada que saltaron los plomos. Eso sí, como el teléfono va conectado a la corriente dejó de sonar y nosotros pudimos seguir a lo nuestro.

 

Igual quiere seguir el ejemplo de la \»Pepito Grillo\», la conocida de un amigo que \"unsiempre-siempre sin excepción le llamaba cuando se encontraba en plena gimnasia horizontal con su novia. En cuanto se iban los padres de ella y se podían poner a sus labores, la Pepito Grillo llamaba al móvil (¿quizá contratada por los suegros?). Por eso la apodaron como \»la voz de la conciencia\».

 

Y mientras yo le pido a mi conciencia que me traiga más prudencia, me despido hasta el próximo post.

Disfrutad de la vida y… ¡sed muy felices!

 


\"AgustínP.d. mil gracias al admirado blogger de moda y estilo Agustín Velasco por permitirnos a Grelinno y a mí participar en sus últimos posts. Todo un honor.

 

Y eso que de moda yo prefiero no hablar demasiado en público, que luego me plagian. ¿Por qué digo eso? Pues porque suelo tener una intuición a un año vista, pero luego se populariza, me entra la rabia y ya no me lo pongo.

Ejemplos:

          Me compro un bombín y al cabo de un año las cadenas clónicas lo venden.

          Consigo localizar un mocasín bicolor con borlas y tras unos meses lo veo anunciado en un reportaje como tendencia.

          Decido usar pantalones rojos en invierno y las pasarelas del próximo año lo reivindican.

          Por no hablar de los pantalones de montar, las prendas marineras mezcladas con americana de terciopelo negro o determinadas chaquetas retro de punto.

          Ya veréis lo que tardan en copiarme mi trench customizado con cinturón punk de tachuelas…

          Aunque mi última inspiración dudo que se atrevan a imitarla en breve. Ahí os la muestro en primicia:


\"grupo

 

12 comentarios en “Saber Estar”

  1. Yo aún no sé que es el autocontrol (que va de la mano con el saber estar)…. 😉
    Me gusta, mucho, tu nueva inspiración. Y si te copian (que a lo mejor no es copiar sino coincidencias de estilos) que no te preocupe (creas tendencia) porque como a ti, no le quedará a nadie (de bien)
    besosos!!

  2. jajaja, me parto de la risa con la señora viajada y estupenda.
    y sobre tus momentos fashion, necesitamos unas fotos reinterpretando la pista que nos dejas.
    besos!

  3. Una vez más genial… Pero solamente decirte que Bendito tu saber estar, tus «frescas» y tus impulsos… Y ya sabes, no te reprimas que eso luego seguro que se gira en tu contra!! Seguimos intentando manternernos ZEN…
    Mil besos!

  4. Under the Good Manners

    Estimado,
    A mi me pasa que o me quedo corto y tengo la misma presencia que la calefacción radial o me paso y lo de un elefante en una cacharrería es mera anécdota… dónde está el saber estar? DÓNDE!? SE OPERA!? Hablaré con mi cirujano práctico de confianza…
    (A estilismo no te gana nadie!)

  5. Interesante blog ésta vez! El saber estar… creo que identificar aquellos escenarios en los que nos encontramos cómodos es fundamental! O por el contrario, saber en cuáles no!
    Por ejemplo, en el grupo grande yo me pierdo, me disperso, desaparezco… no sé estar. Soy más yo en los espacios íntimos.
    Recuerdo ahora tantos momentos en los que saber estar ha sido tan importante! Una tarde de sábado de hace años, muchísimos años! Tenía unos quince, o dieciséis! Mi amiga y yo queríamos hacer algo diferente un sábado por la tarde y nos enteramos de un concierto en un centro cívico de la ciudad y para allá que nos fuimos. Íbamos todas monas: nuestras falditas, nuestros abriguitos, pinzitas a conjunto, bolsitos… y al llegar, era un concierto de heavy! Todo eran melenas, cueros, piercings, tejanos, cadenas… y nosotras! Jajaja!
    Otro momento! Discoteca de verano (el año pasado?!?!)… mis amigos y yo entrando y dándonos cuenta de que toditos los presentes nos miraban! Pista vacía y las dos barras que había en la discoteca se giraron enteras para repasarnos de arriba a abajo y ver opciones, jajaja! Mi frase a mis amigos: Aquí tenemos que pasar unas cuatro o cinco horas. Tenemos dos opciones: agobiarnos y escondernos, o tirar p’alante y pasárnoslo bien! Acabamos siendo los reyes de la pista, cruzándola de lado a lado, bailando, pasándonoslo genial! Jajaja! Os acordáis?!?!?!
    En fin… que saber estar es todo un arte! Estoy de acuerdo contigo!
    Muchos besos y hasta el próximo blog!
    Por cierto… me ha encantado lo de automarketing!

  6. Aquí servidora es todo lo opuesto a lo tuyo: una siempre se calla, y calla y vuelve a callarse, y se limita a usar su sonrisa profident o sonrisa a lo Mona Lisa, dependiendo de la situación….aunque claro, luego a una se le van hinchando «las pelotas» y acaba cogiendo la opción de desaparecer de escena, porqué claro, de tanto callarse, el día que suelta algo por esa boca provoca como mínimo, la caída del Imperio Romano.
    Aunque cuando estoy a mis anchas, es decir, con mi familia, amigos y conocidos, soy la más antiprotocolaria del mundo. Claro que después de callarse tanto pues me tengo que desahogar, y una debe de aprovechar la confianza, porqué aquí se cumple lo de «la confianza da asco» para poder ser una misma y no callarse ni la talla de sujetador que una hace..vamos si no se puede hacer con los amigos, con quién lo vamos a hacer? Y a quién no le guste que se ponga hojas!!!
    Por cierto, no sé porqué me da que tu nueva inspiración va a acabar triunfando en la gran urbe, que te lo digo yo.. y sino tiempo al tiempo!!!
    Petons

  7. Me he quedado en shock tras ver esa foto… igual no me crees (o no me cree nadie) pero ¡llevo años, años, reivindicando en secreto los trajes de pantalón bombacho!!!.
    Yo es que veo fotos así, veo a Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia y no puedo evitar pensar por qué la moda no recupera de verdad cosas taaan grandes como esas. Pero sí, tienes razón en cuanto a lo de la moda y demás, como yo siempre le digo a A (y ella se ríe pero corrobora) «soy precursor» y lo que le pasa a todo precursor es que, una vez popularizado aquello que le gusta y que antes ni a tiros encontraba ya deja de gustarle y es de un fatigoso tela, ¿a que sí?.
    Por lo demás, qué quieres que te diga… que yo, como en todo -creo- voy de un extremo a extremo, o me paso de prudente y al final trago más que los sumideros de Valencia en sus buenas inundaciones y aguanto más que las columnas aquellas que derrumbaba Sansón o me voy al otro extremo y termino diciendo lo que todo el mundo piensa pero nadie se atreve a decir el efecto siguiente de verme convertido en abanderado único de todas las causas pobres.
    Pero mira, a mí que me den un traje de pantalón bombacho y ya veré como sigo ahí-ahí, entre dos tierras que cantaba el otro.
    (Grande Agustín y grande tú)

  8. La anécdota de tu compañera de viaje la «Lomana Catalana» llamada Adela me ha encantado… Vaya, vaya…. Ya veo que hacer Pilates de mucho de si mismo!!! Me juego una cena a que el año próximo se lleva la inspiración que propones en la foto!! ( Es que eres el Kate Moss de los Bloggers!!) Besos

  9. Adoradísima Kiku: tu falta de control no es sólo tu seña de identidad, sino una maravilla. Ya te mostraré qué tal me quedan los bombachos…
    Colega Suziemoi: esa señora es digna de aparecer en un programa temático. Te mantendré al corriente de los progresos estéticos…
    Maravillosa Colo: tú es que me ves con buenos ojos… ¡marchando ZEN para tod@s!
    Genial UtGM: jajaja ¡lo de la presencia cual calefacción radial es digno de patentarse!
    Estupenda Eli: para haberos visto. Y sí, el automarketing es muy necesario. Si no nos promocionamos nosotros, ¿quién lo hará?
    Tremenda Tere: jajaja. Me gustaría verte en acción (tanto muda como despotricando). ¡Si tú dices que triunfará, lo hará!
    Colega Sheyla: ¡me haces sonrojar! Recibo ese beso que tan bien sienta.
    Amigo Enric: mil gracias por tus palabras. ¡Vaya! ¡Pero qué bien sientan!
    Musa Grelinno: pues nada, un día hacemos «brain storming» y nos ponemos a recuperar toda la moda que este mundo necesita. ¡Ea!
    Maestra Gemma: ¿y quién sabe más de Pilates que TÚ? ¡Nadie! Gracias por tu piropo, creo que es lo más estupendo que me han dicho en tiempo.
    Seguidísimo Esmoquin room: te hubiera encantado, que te lo digo yo. Bueno, os hubiérais encantado mutuamente. ¡Fijo que sí!

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