“Vivo del suicidio” me soltó un cliente el otro día. Y yo, perplejo: “¿Perdón?”. “¿Lo ve? ¡Todo el mundo me pone esa cara cuando lo digo!”. Al cabo de poco reaccioné y le dije: “¿No será del SUBSIDIO?”. “¡ESO, ESO!” “¿Me podría decir cómo se pronuncia?”. Y yo, claro, siempre dispuesto a ayudar, decidí dedicar parte del tiempo de la consulta a realizar una clase de pronunciación que hubiera hecho las delicias de los fanáticos de My Fair Lady.
“La lluvia en Sevilla es una Maravilla” versus “vivir del subsidio no es ningún alivio”. Seguro que a Rosa Palo le encanta.
A este paso dentro de poco también me veo dando lecciones de canto para mejorar las horribles composiciones musicales con las que nos deleitan otros usuarios en los transportes públicos. A partir de ahora, nada de acordeones y violines torturados mientras destrozan boleros, ni hablar, voy a imponer versiones de Lady Gaga. Al fin y al cabo, si vas un poco “trash”, nada mejor que representar Bad Romance en un vagón de metro.
–Imagino que no hará falta deciros que tampoco sería la primera vez que aprovecho la visita para dar alguna orientación sobre ropa y complementos, ¿verdad? Después de todo no desearía que por una vestimenta inadecuada mis usuarios perdieran oportunidades, como le pasó a una prostituta que ejerce en la calle de una de las Musas, que cuando ganó la Selección se puso una camiseta de La Roja y sus compañeras le recomendaron que se la quitase pues podían tomarla por “facha” y asustar a los clientes-
Pero a lo que iba, que yo por si acaso, iré pidiendo consejo a la Musa Mexicana, que es capaz de conseguir que canten incluso los que no cantan ni en defensa propia.
Así lo pude comprobar en su última fiesta de cumpleaños (apoteósica), donde terminamos todos entonando corridos mexicanos hasta las tantas de la mañana.
Todos los invitados a su cumpleaños teníamos que representar algo, o llevar una creación propia. Yo me planté con un poema dedicado a la anfitriona (y no fui el único); PITICLI presentó una ópera en power point interpretada por Barbie Azafata y Geyperman Guardiacivil (brutal); pero creo que uno de los momentos más impactantes fue cuando una amiga nuestra, eminencia de la documentación artística al más alto nivel, desenfundó ¡un acordeón! e interpretó desde canciones mexicanas a gallegas; o cuando una pareja de exquisitos promotores de las artes interpretaron al piano un divertidísimo corrido mexicano compuesto por ellos que narraba la vida de la Musa.
Claro que eso no es nada, pues luego supe que la mujer (que tiene un aspecto de señora seria y respetable que no veas) es tan auténtica, y adora tanto la creación, que cuando en su trabajo le pidieron que redactara las actas de las reuniones, ella decidió que si lo tenía que hacer lo haría “a su manera”. Es decir: en verso.
Y aunque historias en verso se oyeron aquella noche, otras en prosa resultaron de lo más alucinantes. Como la que nos explicó una de las invitadas, adorable mexicana, cuyo tío había sido víctima de un “Secuestro Express”. Tras varios días de sufrimiento familiar, en el que la esposa fue recibiendo llamadas de los secuestradores pidiendo una cantidad enorme de dinero bajo la amenaza de recibir al secuestrado en pedacitos, finalmente, no obstante, recibió una última llamada diciendo que liberaban al marido porque se habían equivocado y no era a quien buscaban.
Lo mejor de todo fue la respuesta de la mujer, quien enfurecida, espetó a los secuestradores: “¡miren, si ustedes quieren dedicarse a esto mejor lo hacen bien! ¡Y si no saben hacer bien su trabajo, mejor se dedican a otra cosa!”.
Sin salir de México, la Musa nos recordó cuando tras dar unos cursos, uno de los habitantes del pueblo en el que estaba trabajando la obsequió con un exquisito bolso realizado a partir del escroto de un toro –puedo dar fe del mismo-. Y pese a que el hombre la animó a que lo usara, lo mismo que hacía su hija, que según él se veía muy elegante (he de decir que además la muchacha lo combinaba con unos zapatos y sombra de ojos a juego), la Musa lo que hizo fue intentar utilizarlo de macetero. Craso error. Con la humedad de la tierra aquello mutó en algo aún más espantoso.
A nosotros nos pidieron anécdotas de Japón, pero es que la verdad, poca cosa puedo contar. El país nos enamoró, especialmente su gente. Nunca hubiéramos esperado que fueran TAN amables y divertidos.
Sí nos sucedió algo surrealista en Roma, aeropuerto en el que hacíamos escala, en el que la mundialmente famosa organización italiana nos brindó una “perla” sin igual. Después de obligarnos a salir de la sala de espera –sin ningún tipo de explicación pero sí muchos gritos-, para devolvernos a la misma sin decirnos el por qué, nos indicaron que embarcáramos. Hasta aquí más o menos normal, sino fuera porque nos señalaron una escalera automática que supuestamente bajaba hasta la puerta del finger, pero que en realidad conducía a una puerta cerrada.
Imaginad la de gente que bajamos por ella, y la cara de pánico de los japoneses, cuando vieron que se estaba convirtiendo en un embudo humano –nadie se dignaba a abrir- y tenían que subir, corriendo contra corriente, por la misma escalera para no morir aplastados.
Finalmente abrieron la puerta (sin ningún tipo de disculpa) y embarcamos, a borbotones. Yo sufría por los nipones, que son tan organizados –al fin y al cabo nosotros veníamos de España y estamos más curtidos- , pero creo que les debió de parecer algo emocionante y exótico, como quien va en un 4X4 por el desierto y se le pincha una rueda (si no te pasa, no hay emoción).
Al menos a la ida los asientos asignados coincidían con lo anotado en el billete, pues a la vuelta había números que no existían (como los nuestros), y cuando preguntabas a la tripulación te miraban con cara de “¿pero qué me estás diciendo?” y te soltaban: “it’s free sitting”. Comentario sin desperdicio de PITICLI: \»¿Y si el avión se estrella cómo nos van a reconocer si no figuramos en nuestro asiento?\»
En Japón, en cambio, todo funciona a la perfección. A veces de un modo abrumador. Especialmente si no estás familiarizado.
Ejemplos:
1. En los autobuses de Kyoto se entra por detrás, se paga al salir junto al conductor, se da el importe exacto en monedas, y el precio varía en función del recorrido. Bien, todo esto puede parecer sencillo, pero no lo es si hay diversas máquinas diabólicas con infinidad de ranuras en japonés, y el conductor, que bastante tiene con conducir sin parecer la película Speed por aquellas calles atestadas de tráfico, no hace más que ponerte una mano sobre la máquina para que no pongas moneda alguna (fui a pagar al entrar) mientras te grita enfadado: “¡out!, ¡out!”.
Mi reacción automática fue empezar a pedir perdón (había sido listo y me había aprendido la palabra en japonés) infinidad de veces –si hubiera sabido pedir perdón a sus antepasados también lo hubiera hecho- mientras inclinaba la cabeza una y otra vez y PITICLI decía: “no se apure, nos bajamos en la próxima parada y punto”. Al final lo entendimos, y lo que el hombre nos quería transmitir era: “pagar al salir”.
2. Sí, es cierto que los váteres en Japón son una delicia, y que el país es ideal para quien tiene cistitis. Nunca he visto tantos lavabos juntos en mi vida (cada andén de metro o tren tiene un lavabo, en la calle encuentras, en los parques hay varios…) ni tan limpios. En algunos establecimientos, cuando abres la puerta del lavabo la tapa del WC se levanta automáticamente, saludándote, mientras la superficie se calienta para que no te sientes y te dé frío. Y sí, la mayoría son WASHLETs, o lo que es lo mismo, con limpieza de la zona íntima por agua (y secado posterior). Todo graduable. El problema es cuando no sabes que te tienes que “arrimar” bien hacia atrás, pues sino cuando le das al botón del agua el chorro sale disparado por detrás de tu espalda mojando por completo la puerta que tienes frente a ti. O cuando aún no sabes graduar la temperatura (a los japoneses les encanta lo caliente) y te quemas el “cucu”.
3. En Japón adoran las mascotas, y las tratan a cuerpo de rey. Puedes encontrar zonas específicas en los centros comerciales con ropa para perros y gatos, zapatillas, vestidos de gala (incluso de boda), juegos… y si no tienes mascota, puedes alquilar perros para pasearlos (hay, además, locales donde sólo puedes acudir con perro) o acercarte a un “cat bar”, donde tras pagar una entrada y lavarte bien las manos (no quieren que les contagiemos nuestros gérmenes a los animalillos) puedes tomarte algo mientras interactúas con gatos. El problema viene cuando no recuerdas cuán alérgico eras a los gatos y descubres que un “cat bar” es un lugar fabuloso para suicidarte de una forma cómoda y sencilla.
De hecho, ahora que lo pienso, la próxima vez que vea al usuario que os nombraba al principio, le preguntaré si es alérgico a los gatos. Más que nada para recomendarle un sitio donde pueda llevar a cabo a rajatabla su famosa frase.
Os adoro. Y recordad… ¡sed muy felices!
Lo del embarque en Italia parece de una película. Además como ahora se llevan los zombies, podrían protagonizarla zombies con miembros rallados cual parmesano en boloñesa… O vampiros italianos a la búsqueda de gente «subsidiada». Ya lo veo, próximamente en sus pantallas. Incluso podemos añadir prostitutas vestidas con las camisetas de diferentes selecciones de fútbol y el cuadro sería redondo.
Que inspirador que eres HKB! Y un poco «ardilla», publicando el día de la «juerga» (como dice una amiga danesa) general.
jajaja… Buenísimo… Has empezado este post fuerte… con lo del suicidio… y lo has acabado fenomenal con lo de los gatos… jajaja… como nos hemos reido en casa…jajaja… Lástima de tu alergia a los gatos… (lo digo ahora por los míos y para que vengas a mi casa….sic) Besos!!!!!!!!!!
Efectivamente. Me encanta la anécdota, el post, el blog, usted, piticli y lady laca. Muchos besos y perdone si el comentario sale raro, porque lo estoy escribiendo desde el móvil y tengo unos dedos que parecen morcillas. Hum, morcillas… Y pan calentico… Y un quinto… A hacer púñetas la dieta!
Está buenísmo mi amor… yo creo que yo también vivo del suicidio…
Me ha encantado tu post, sobre todo los los baños, pero lo que más me ha impactado es el anuncio delos médicos, no tiene desperdicio…
Genial UtIWoL: Jajaja. ¡Me encanta la idea de la película!
Maestra Gemma:No sabes cuánto me gusta encontrar tus comentarios. ¡Y saber que has disfrutado el post!
Adorada Rosa Palo: Jajaja. ¡Es usted TREMENDA! ¡Un programa de televisión para usted YA!
Maravillosa Musa Mexicana: JAJAJA. Sí, es muy probable.
Colega María: ¡Qué gusto que te haya gustado!