Compostura mon amour

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\"\"     Yo tengo la misma postura vital que la orquesta del Titanic: mantener la dignidad y la compostura hasta el final, independientemente de que te empotres contra un iceberg. O al menos eso intento.

     Que te lanzas en mitad de la carretera haciendo grandiosos aspavientos teatrales a una furgoneta que viene hacia ti, seguro de que es el vehículo en el que van tus ahijados para hacerles una broma, y luego resulta que quien conduce es un señor musulmán acompañado de su mujer con burka… pues te encaminas elegantemente hacia la acera, con los ojos dirigidos a un infinito metafísico, y evades un conflicto inter religioso como quien pasea por una playa paradisíaca en un atardecer veraniego.

 \"\"    Que te dice el taxista –sin que le preguntes- : “usté no zabe lo que ce liga con ehto der tassi. La de lavadas de cabeza que yo he tenío, que tenía el aparato negro de tanto uzarlo. Ezo zí, ahora cazao ya no mola”. Pues tú miras por la ventanilla cual Lomana camino de Vuitton, con el cuello estiradico, alabando la hermosura arquitectónica de la ciudad.

     Que te pillan zampándote una morcilla, chorizo ibérico y no sé cuántas toneladas de carne a la parrilla cuando tú has estado dando la tabarra con que te habías convertido en un vegetariano tan estricto que la única proteína que prueba es la del tofu… pues finges un ligero rubor mientras eliminas delicadamente con la punta de la servilleta los chorretones de grasa, y enumeras mentalmente las capitales de Europa, como si únicamente hubieras decidido saltarte tu religión picoteando un Ferrero Rocher en la recepción del Embajador por exigencias del guión.

 \"\"    Que tu pareja decide poner una lavadora con calzado deportivo, poniéndole doble ración de jabón pese a que el manual indica, inequívocamente, “lavado sin detergente”, y ésta se colapsa, emitiendo parpadeos dignos de la central de Fukushima, y luego hay que evacuar suficiente cantidad de espuma como para realizar treinta fiestas en Ibiza… pues tú enciendes elegantemente un cigarrillo (también sirve uno de plástico), abres una revista, y contemplas la belleza de las colecciones “primavera-verano-otoño-invierno” (el número de colecciones dependerá del nivel de mosqueo) a la par que contienes sutilmente –esto es importante- tus instintos asesinos.

     Que te contratan para impartir un curso de actitud adecuada e imagen personal a los “Ni-Ni”, con el objetivo de mejorar su aspecto y capacidad para superar entrevistas de trabajo, y cuando les preguntas, por ejemplo, en qué se fijan cuando entran a una tienda, éstos te responden: “poh a mí me guhta eza tienda porque ce puede robah fácil y ademá el cegurata eh gilipollas”. Y cuando les dices posteriormente si tienen alguna pregunta más, contestan cosas como: “¿puedo ir al water, seño?” o “¿uzté tiene novia, porque uzté eh lesbiana, verdá?”, tú te personificas \"\"mentalmente en Michelle Pfeiffer –pero no en la de Mentes Peligrosas, sino en la de los Baker Boys, y esperas con británica actitud impertérrita a que termine la clase (esta anécdota no es mía, sino de la amiga de una colega blogger estupenda, pero me encantó y se la “usurpo” vilmente).

     Que te comunican que la Sanidad está fatal, que hay que reducir “ligeramente” el número de trabajadores de la empresa, así como la jornada y el sueldo de los que queden… pues entonces haces como una de las Musas, que le soltó a un compañero “cañón”: “oye, si me despiden, por qué no echamos un polvete de despedida” (bueno, éste no sería un ejemplo exactamente de compostura, pero me pareció una respuesta genial).

  \"\"   Porque sí, amig@s, los tiempos (y los humanos) están tan locos que ocasiones no nos van a faltar para comprobar cómo reaccionamos ante las circunstancias, y mi consejo es que aprendamos a encajarlas con elegancia y glamour, vaya a ser que pase justamente entonces por ahí un cazatalentos, cámara en mano, y vayamos a desperdiciar nuestra oportunidad de salir de una vida convencional para convertirnos en la nueva inspiración para Tom Ford.

     Aunque si de momento no estáis consiguiendo resultados óptimos, no os preocupéis, he decidido pasaros una lista con algunos de mis restaurantes preferidos (buenos, bonitos y  asequibles) que os hará disfrutar de vuestros momentos de evasión. Ahí van (pinchad en los nombres para más información):

\"\"Mosquito. Uno de mis lugares de referencia. Barato, buenísimo, amigable… estupendo. La de veces que PITICLI y yo habremos ido.

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Out of China. Hace años que ofrece desde la comida China tradicional a la sofisticada, en un ambiente muy cuidado y con un servicio y unos precios inmejorables.

 

 

\"\"Kiosko. Una hamburguesería genial. De las mejores hamburguesas que podáis probar. Y con una filosofía estupenda. La carta es una delicia.

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Cañete. Tiene unos productos fresquísimos, y una variedad de tapas enorme. Para probar aquellos platillos que sólo encontrarías si recorrieras toda la geografía española.

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Betawi. Para quienes tengan curiosidad por descubrir la cocina de Indonesia. Sin pretensiones y muy agradable. En pleno centro.

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Cornelia & Co. O lo que es lo mismo: trasladarse por unas horas al East Village de Nueva York. Espíritu de Déli. Sus postres son impresionantes.

Un abrazo enorme… ¡y sed muy felices!

P.d. Y si tenéis curiosidad por ver el artículo en el que aparezco, luciendo look “navy” + “pochette” –o mariconera-, no tenéis más que clicar aquí  http://cuidatuimagen.wordpress.com/2011/05/01/esta-primera-se-lleva-navy/

11 comentarios en “Compostura mon amour”

  1. Under the Composure

    ¡Cuánta razón tienes, HKB! La compostura es algo que nunca deberíamos perder de vista (de hecho, para mi va íntimamente ligada al saber estar y a la educación): compostura para leer el periódico, para ver la televisión, para escuchar la radio, para visitar exposiciones… compostura para no perder los nervios y seguir poder viviendo sin convertirse en serial killer. O peor, aislarse del mundo, salir de las filas de los consumidores activos y hundir aún más la maltrecha economía de esta barca a la deriva que es el estado español. Creo que por aquello del hambre se me va la cabeza y divago más de la cuenta.

    Lo dicho, COMPOSTURA A TODO TRAPO ;-p

  2. Usted con el taxista («er tazista», sorry) y yo con mi autobusero sádico. Esto de no tener coche da para mucho, y si pasa por sus manos, aún da para más. Le quiero, le aodro y le compro un loro.

  3. María Cortés Durán

    A mi las composturas que mas me gustan son la de los modistos, aunque a parte de nuestra especialidad, los de Familia, tenemos otra que es la de mantener la compostura, sobre todo, ante la presion asistencial que tenemos y va uno y dice: «hoy vengo con muchas cosas y no sé por donde empezar»…Uf!!

  4. Tienes razón querido Agustin, pero a veces es tan díficil…no dejarse llevar por los nervios. A Dios doy gracias que no soy de las que lleva tijeras en el bolso (de los nervios ya no me quedan uñasque cortar, limar…) sino en un ataque de DES-ompostura…yo MA-TO.

    Pero he de aprender de otra colega genial inventando palabras…que tienes un amigo interesado, ella dice «me alejo de él, practica el buitraqueo», que tu jefe se pone tus medallas y tu andas matado de trabajo ella va y dice » Es que es un poco comerciante fenicio», que alguien el da la vara soberanamente: «Tostónico» es la palabra…y todo sonriendo y sin pestañear, mientras yo compostura perdida ando subiendome por las paredes que riete tu de Spiderman…

  5. Genial UtC: Ay madre, ¡qué panorama! No sabes cuánto me alegra que no te hayas convertido en un serial killer. Palabrita del Niño Jesús.

    Colega Forneas: Enorme es mi placer al verte por aquí. De verdad.

    Maestra Gemma: Qué sabia eres. Sí, mejor con postura, jaja.

    Musa Isi: Eres la BOMBA.

    Maravillosa Rosa Palo: Ambos nos adoramos hasta tal punto que damos hasta asco, jaja.

    Colega María: En tu caso, verdaderamente, la compostura es de admirar.

    Hiperactiva Alicia: Tomo nota de las geniales denominaciones de tu amiga. ¡Ay! ¡Qué bien que no llevas tijeras! ¡Serías más letal que Kill Bill!

    Seguidísimo Esmoquin: Dicha amiga es TOTAL, sí. Y es una suerte que no entiendas al taxista… me gustaría que me pasara lo mismo.

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