A Dios pongo por testigo que necesito vacaciones. Y las necesito YA. Estoy en ese punto en que temo soltar alguna frase inadecuada a los pacientes, mitad por saturación, mitad porque mi cerebrito ya no pasaría una ITV ni pagando bajo mano al mecánico – revisor.
Por suerte todavía no he llegado al nivel de “patinazo” de una compañera de trabajo, la cual, yendo en coche con otro colega a una visita domiciliaria el otro día…
– “oigo voces” …“¡oigo voces!”
– “tranquila, es el GPS”
Ay, necesito cambiar de aires. Quiero desconectar, quiero rodearme de belleza, glamour y tranquilidad… ¡quiero ir al pueblo del anuncio de los “mon cheri”! (que allí parece que todo el mundo vive muy bien, como en una secta de felicidad y nivel adquisitivo formidable).
Pero mientras llegan las ansiadas vacaciones, nada mejor que utilizar las saludables válvulas de escape, lo que en mi caso se traduce, por ejemplo, en:
– dar una vuelta por las tiendas de segunda mano e ir en busca de algún tesoro
– descubrir nuevos restaurantes asiáticos
– seguir escribiendo mi nueva novela
– disfrazarme de árbol de Navidad \»a la moda\» y plantarme en saraos diversos donde la mayor preocupación sea si estás bien conjuntado o no (por cierto que este último punto lo pude desarrollar -y a lo grande- la otra noche, cuando en Barcelona se celebró The Shopping Night Out. Aunque mejor os remito al estupendo blog de mi colega Alicia, que hizo un extenso reportaje de la noche, y al artículo de NEOMODA donde aparezco como uno de los mejores estilos de la velada -alucina, vecina-).
Como veis, casi todo tiene un toque un tanto… cómo diríamos… frívolo, pero es que querid@s amig@s, un toque de frivolidad es A B S O L U T A M E N T E necesario (sobre todo si nos pasamos el día con temas demasiado serios). A propósito, no confundamos frivolidad con superficialidad, aunque tampoco la vamos a demonizar.
¡Ah! Y se me olvidaba: ¡NADA DE LEER LA PRENSA!
El otro día tuve la brillante idea de leer un periódico (tras un mes y medio de haberlos dejado) y por poco me da un pasmo. No, no y no. Prohibidos. Una cosa es intentar ser buen ciudadano, buen trabajador y buena persona, así como ejercer el derecho a voto, y otra cosa muy distinta es estarse fustigando con las terroríficas y generadoras de impotencia noticias socioeconómicas.
Podéis leer otro tipo de publicaciones, incluidos los libros, y si me apuráis, también me vale “El Secreto”, del cual era muy fan, pero tras la última conversación con mi alumna de prácticas, mejor me paso de género:
– “¿Entonces, dices que a tu madre le encanta el libro de El Secreto?”
– “Uy, sí, no para de recomendárselo a todo el mundo”
– “¿Y le funciona? ¿Lo pone en práctica?”
– “Bueno, muy bien creo que no le ha ido porque le ha dado un infarto por estrés”
En el terreno artístico también os alentaría a que os distrajeseis visitando las salas de exposición más cercanas, siempre que NO expongan el World Press Photo, a no ser que llevéis una buena dosis de kleenex y antidepresivos.
Moraleja: dosificad los “inputs” negativos y centraos en vuestra burbuja de bienestar. Y si no tenéis, o queréis ampliarla con mis propuestas, ahí van:
Restaurantes Asiáticos y Tiendas Vintage (2ª parte) -para ver la 1ª clicad aquí-
Restaurantes:
Uno de nuestros restaurantes hindúes (y vegetarianos) preferidos. Consiguen unos sabores increíbles y el espacio es muy, muy bonito. Pl. Villa de Madrid 4.
BUN BO
Es un restaurante vietnamita muy cuco, especialmente recomendable por su ubicación: tremendamente céntrico pero recogido. Tiene una terraza genial. C/ Sagristans 3.
Restaurante muy conocido, pero que nunca decepciona. Su decoración y su menú degustación son fantásticos. Creo que hemos llevado a TODA nuestra familia ya. C/ Diputació 271.
Una propuesta diferente. De hecho es el único restaurante filipino que conozco en Barcelona. Un local sin pretensiones, en una plaza muy interesante, que permite descubrir una cocina muy sabrosa. C/ Ramalleres 3.
Encantador restaurante indonesio, siempre lleno de gente al mediodía. Muy acogedor. La comida es estupenda, por no hablar de que se encuentra cerca de una de las joyas del modernismo de la ciudad. C/ Montsió 6.
Tiendas Vintage
Uno de mis últimos descubrimientos (o alegrías, podríamos decir). Se van a convertir en mi surtidor de camisas oficial. Joyas vintage y creaciones propias (me fascinan los diseños de Cristina). C/ Enamorats 88 y ahora también en C/ Avinyó 34.
Tienen un par de tiendas, un tanto “ocultas”, en las que encontraréis desde jerséis de invierno con dibujos divertidísimos a camisas y vestidos de estética pin – up, pasando por estampados atigrados. Muy interesante. C/ Sitges 9 y Jovellanos 1.
Aquello parece el túnel del terror más que la Cueva de Alí Babá, pues todo está apiñado, pero es muy fácil dar con verdaderas joyas. C/ Tallers 51.
Una delicia. Toda una calle peatonal cuajada de tiendas vintage (y un bareto total). Hay para todos los gustos. Vale la pena recorrerlas todas las veces que haga falta.
Espero que os gusten. Desarrollad vuestras válvulas, disfrutad de vosotr@s y de la gente que os rodea, del puente si tenéis, y del trabajo si lo mismo.
¡Un fuerte abrazo y sed muy felices!
Me pillas insomne, leo tu post y ya me siento mejor.
Un abrazo
Jajaja, no sabía que mis escritos tenían esos efectos balsámico-somníferos. ¡Me alegro! Un abrazo. ¡Eres un sol!
Querido Agustin: desde mis vacaciones te felicito por tu post y tomo nota de tus recomendaciones, si es que alguna vez vuelvo a Barcelona…Tu look en la noche de la moda, es un poco… especial, pero a ti te queda todo bien!. Un beso.
Para empezar, espero que algún día vuelvas a Barcelona, jaja. Qué bien saberte de vacaciones. Y sí, el look era arriesgado, pero estupendo, ¿no? 😛 ¡Besos!
Desde luego 😀
¡¡¡ESO SÍ QUE ES UN LOOK!!! Espero que te pronto te contraten como asesor de imagen porque eres un talento por explotar.
Y haces muy en no leer periódicos. Yo, pese a ser gran amante de la política desde bien chiquito, también he renunciado a la supuesta información… basura de película de serie B mal gestionada, mal analizada y peor contada. Volvemos hacia atrás, cuando para tener contacto con un mundo real teníamos que escuchar la BBC… en fin. La frivolidad se hace más necesaria que nunca (aunque no caigamos en la frivolidad de fondo, dejamos que se extienda simplemente la de la forma).
¡Menudo panorama! Ok, dejemos que sólo se extienda en la superficie -la frivolidad- y tengamos la vista puesta -en caso de requerir información- en la BBC. ¡Cuánto sabes! ¡Besos!
Querido HKB,
Conozco el Bun Bo y la verdad es que me gustó mucho su comida, del resto nanai, pero todos apuntados para próximas citas. De las tiendas «Retro city» es la monda, es como un tunel que no sabes a donde va a dar…yo tambien suelo explorarlo amenudo.
Por lo demás hace siglos que no leo diarios, es más, creo que ya he pasado a la fase avanzada, ya no veo los telediarios, le gritó a mi marido: «Avísame cuando den el tiempo» que es lo única información inofensiva que tiene el dichoso programa.
Del look que decir si lo ví en vivo y en directo?? Eres mi ídolo. Beso gordo.
Jajaja. ¡Cómo entiendo ese momento «el Tiempo»! Anímate a descubrir la Petite Parade, a mí me tiene fascinado. ¡Mil gracias por tus palabras! ¡Un besazo!
ohhhh!!!! Nunca me ha gustado El Secreto, pero después de lo que le pasó a la madre de tu alumna en prácticas, todavía me gusta menos… Tomo nota de tus recomendaciones Vintage. Cada vez soy más aficionada a ellas!!Besos
Querida maestra, ¡Tú no necesitas El Secreto porque la Ley de la Atracción eres Tú en persona!
Ya nos mostrarás tus adquisiciones vintage.
¡Besos!
Hola!!!!
Me encantaste con la idea de usar «burkini» …jajajajaj…necesito uno!!! … Siempre que leo tú blog termino con una sonrisa… eres fabuloso!
Saludos.
¡Hola Aidé! No sabes cuánto me alegran tus palabras. ¡Mil gracias!
Un besazo y un burkini, jaja 😉