Barcelona en verano me gusta, por ejemplo, porque…
De noche puedes tomarte una copa de cava mientras recorres la Pedrera o la Casa Batlló al ritmo de la música en vivo que tocan en sus terrazas, y sientes que has superado la fantasía de Woody Allen.
Los museos de la ciudad programan un montón de exposiciones y amplían su horario de visitas. Así, puedes ir un domingo tarde al Caixa Forum, y al salir encontrarte frente a las fuentes de Montjuïc iluminadas + el Pabellón Mies Van der Rohe envuelto en una estética de cine total. La piel de gallina.
Descubres pequeños tesoros en forma de restaurante como el Red Ant (y vuelves una y otra vez para disfrutar de su Mapo Tofu o su Crumble de Yogurt con té verde), y de repente no sabes si quieres divulgarlo o reservarlo sólo para ti.
Es la época del Festival Grec, y pese a que siempre hay un montón de propuestas atractivas, no hay nada comparable a ir a un espectáculo en su teatro griego. Subir a la montaña, pasear por los jardines y disfrutar de un concierto o una obra de teatro como si estuvieses en Epidauro es orgásmico.
Disfrutas de charlas sin prisa con amigos mientras las horas se alargan en terrazas tan bonitas como la del PISAMORENA, donde los precios siguen siendo de barrio, el trato estupendo y las bravas y el vermouth exquisitos. O en decorados tan extraordinarios como la terraza del W al atardecer, con una copa de vino rosado mientras contemplas cómo el sol se pone desde el mar.
A la hora que quieras (haga sol o haga luna) puedes irte a la Barceloneta, a tomar un baño estupendo, mezclado con gentes de todo el mundo (incluida la del barrio). Y al marcharte, regalarte un helado de roquefort con nueces (acompañado de manzana o dulce de leche).
Si te apetece dejar a un lado la comida fusión te puedes ir al magnífico Mercado de Santa Caterina, y en sus Cuines refrescarte entre plantas y arquitectura industrial mientras te comes unos huevos rotos con foie, unas verduras al carbón con torta del casar, o lo mejor de la cocina catalana.
Hay muchas opciones para ver cine al aire libre. En la playa, en los parques, en las plazas… pero ninguna como la Sala Montjuïch, con su concierto antes de la función, su pantalla en el foso del castillo, y la tradición de cenar de picnic durante la proyección. Subir una noche calurosa de verano, tener que ponerte manga larga, compartir platos con amigos, y bajar contemplando la ciudad desde lo alto es impagable.
Puedes dejarte llevar por un impulso –conteniendo tus miedos- y probar el Paddle Surf. Subido en la tabla, a doscientos metros de la costa, las vistas son una gozada, la sintonía con el mar increíble, y las agujetas al día siguiente de órdago. Pero repetirías.
Hay montones de personas de todas las edades yendo de un lado a otro en patines, skate o bicicleta. Y claro, te animas a imitarles. Recordemos que desde hace un tiempo la ciudad está adecuada para ir en bicicleta y sólo Ámsterdam la supera en Europa.
Viven tantos italianos que ya no es difícil encontrar un lugar donde sirvan un buen SPRITZ. El último que probamos, en Casa Paco.
Sigue habiendo oasis céntricos casi desconocidos por los turistas. Como la bonita plaza de Sant Pere, con su iglesia, sus fachadas italianizadas, su farola-fuente modernista… y el restaurante LA CANDELA, en el que cenar piruletas de calamar con butifarra mientras te reencuentras con amigos y evocas la lluvia tropical.
Alguien te avisa de que en el bar de debajo de tu casa (ése al que tantas veces vas porque te encantan sus dumplings) está cenando el mismísimo Ferran Adrià. Y descubres que en tu propio barrio pasan cosas, y que no te hacía falta ir a El Bulli.
Si te apetece pasar un día divertido con tus ahijados y no quieres quedarte en la ciudad, no hace falta irte muy lejos. El pasado domingo estuvimos en la Isla Fantasía y no recordaba habérmelo pasado tan bien tirándome por toboganes acuáticos en años.
¡Y encima siempre hay algún amigo que recala en la ciudad durante sus vacaciones 🙂 !
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Para que luego me pregunten si me desagrada tener que trabajar / pasar el agosto en Barcelona.
¡Sed muy Felices!
OOOHHHH, QUE ÉS BONICA BARCELONA!!! VISCA, VISCA I VISCA!!!
¡Y que lo digas! 🙂
¡BESOS!
Bueno qué te voy a decir!…. además de todo eso en Barcelona estás tú!!, felices vacaciones!!
Oh, ¡qué bonito! GRACIAS compañera. Eres un regalito. ¡BESOS!
¡Muchas gracias por tan maravillosas sugerencias! Me vienen al pelo para estos días de vacaciones por tierras catalanas.
Besos
¡Perfecto! Jaja. Bueno, esta vez me ha salido muy Montjuïc-Born-Barceloneta, pero encontrarás más recomendaciones en otros posts.
¡Gracias por tus palabras y BESOS! 🙂
Su verano trabajando es mejor que el mío de vacaciones. Le odio. Besos
Ciertamente, este verano trabajando ha sido magnífico. No me puedo quejar 🙂
¡La adoro! ¡BESOS!
좋은 여행
당신에게 매우 메이트 감사합니다!
PI-SA-MO-RE-NAAAAA y la salsa esa!!
A ver si hacemos cata de spritz un día de estos… :))
¡Eso! ¡Viva la salsa Espinalé! ¡A por esa cata! ¡BESOS!
Bueno, Agustín, lo que se me ocurre, lo que me inspira tu post es eso de «Barcelona es bona si la bolsa sona». Disculpa si no está bien escrito. Un abrazo.
Jajaja. Da igual cómo esté escrito 🙂 Entiendo que te lo inspirara. ¡Besos y gracias por ser tan leal!