Las Musas y el Sexo

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Esa chica se comporta como un hombre, o como un gay. No, no, quítale algún polvo a tu protagonista, que ya hay bastantes.

Esto me dijeron en una de las revisiones de la novela, hace más de un año. Y yo, que parezco rebelde pero soy muy buen acatador de normas, hice caso y eliminé alguno, muy a mi pesar.

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De todos modos respondí: pues yo tengo amigas que se comportan así, que deciden cuándo, cómo y con quién; que toman las riendas… y me siento muy afortunado por estar rodeado de mujeres tan libres de tapujos.

Como imaginaréis, yo solté ese discurso pero no sirvió de nada.

Sí, amig@s, el siglo XXI y aún con estos pelos, para que luego nos llenemos la boca de igualdad.

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Puede que sea por mi condición carácter, pero siempre me rodearon mujeres valientes, carismáticas, liberadas y con iniciativa. Y yo, como una ola, fan total de su actitud.

Las Musas son buena prueba de ello. Hacen y deshacen a su libre albedrío.

De hecho, y según sus palabras, cuando no practican, suele ser “por lo mal que está el mercado más que por otro motivo.

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Y no, no son todas iguales, no seamos reduccionistas. Si para gustos los colores, para libertades las opciones.

Una acaba de descubrir el mejor sexo de su vida al cumplir los cuarenta. Y está entusiasmada y con unos niveles de dopamina envidiables. Ha rejuvenecido quince años (mejor que cualquier crema).

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Una se encuentra en una etapa de autoestima solitaria elegida. Que lo que no haga ella por sí misma no lo va a hacer nadie. Y está disfrutando del auto conocimiento… y de los juguetes.

Una ha decidido que en vez de novio, que cuesta y frustra mucho, va a formar un banquillo de reservistas. Y lo está consiguiendo.

Una está a la búsqueda de un caballero que le aporte magia, a la antigua usanza, y está poniendo los medios efectivos para dar con él (ya tiene algún candidato).

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Una no para de crear personajes y desempeñarlos para dar más salsa a su duradero matrimonio.

Una tiene tan, pero que tan buen sexo con su pareja que han decidido parar un tiempo, no sea que estén descuidando otras facetas (lo nunca visto).

Una ha decidido que no quiere novio, sino un amante estable, además de una corte de amos y sumisos con los que jugar.

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Una quería un negro poeta para compañero y lo encontró, encima, matemático.

Pero todas, todas, saben lo que quieren y ni se frenan ni se avergüenzan. Exactamente lo contrario a una “mujer florero” u objeto.

Y, por supuesto, saben decir “no”, cuando no desean hacerlo. Algo quizá tan importante o más.

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Que cunda el ejemplo de mujeres así, y que seamos todos dueños de nuestro cuerpo y voluntad.

¡Sed muy Felices!

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7 comentarios en “Las Musas y el Sexo”

  1. Under The Take Me Away That Straw

    Mujeres así necesitamos y hombres desacomplejados que también sepan decir no. Y más gender fluid que rebaje la tensión de la bipolaridad de géneros.

    Bravas tus amigas.

    1. Agustín Kong

      Qué sabias palabras. Brindo porque llegue toda esa gente desacomplejada, libre, segura y maravillosa. ¡Besos!

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