La isla que no creía en los aislamientos

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Existe una isla que no cree en los aislamientos.

Un lugar tan cálido como el interior de la tierra, como el interior de sus gentes.

Donde florecen los volcanes y éstos se abren para que puedas adentrarte en su corazón, para abrazarte. En un silencio sólo interrumpido por el viento. O quizá no fueran volcanes, sino personas.

Un escenario al que si un extranjero respetuoso acude a una romería o celebración local se le incluye y, si se deja, se le cita para la siguiente. Y quien dice la siguiente celebración dice también un café aromático, o unas papas, o un vino milagroso o una puesta de sol.

Una tierra donde la solidaridad permanece, donde se acude a un convento a regalar las entradas que no usarás para un concierto de música clásica. Donde la misma gente recuerda cuando no había más comida que una sopa de callaos y defiende la protección de una playa virgen.

Un lugar donde conocer a mujeres maravillosas dedicadas a rescatar del olvido a gentes, edificios, canciones o historias.

Una tierra donde puedes alojarte en uno de los espacios más bellos y generosos con lxs artistas que he visto, para que puedas alimentarte observado por el arte, dormir arropado por el mismo o pasear rodeado de obras.

Casas blancas, suelo fértil oscuro, mar libre azul… y tantos rincones y tesoros que no podría terminar.

Una isla que te enseña que el aislamiento no depende de estar rodeado de mar, sino de cuántos puentes tiendes a otras almas.

Gracias Lanzarote, gracias amigxs.

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Este post está dedicado a Saro, Inés, Arminda, Leda, Ana, Ludi, Antonio, Atchen, Ayatima, Manuela, Dévora, María Ángeles, Ángel… y a todas las personas que nos arropan y crean la magia de Lanzarote.

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14 comentarios en “La isla que no creía en los aislamientos”

  1. Bitacoracardiosaludable

    Precioso! Tus post cada vez me anima más a conocer Lanzarote. Que suerte encontrar gente así y qué afortunados estos por compartir conversación con vosotros!
    Un abrazo!

  2. Precioso escrito. Y ese vino en ese atardecer sé muy bien de donde sale. Tanta es la envidia, que cuando vuelva a casa, pediré a Inés que acompañe a brindar en ese atardecer. Gracias por compartirlo.

  3. Mágico Lanzarote… Precioso momento para viajarlo en este duro enero
    Felicidades por la felicidad que se lee Agustín

  4. Atchen Pounapal

    Siempre es un placer verles, aunque fugaz vuestra visita es un regalo maravilloso, les llevo siempre en mi corazón guapos

  5. Siempre creí que los mas sinceros amantes de un territorio son aquellos que aun no viviendo en él, lo sienten y lo recorren con el rico paladar de un sabio comensal y la marida aguda y penetrante de un observador magistral que ve mas allá de lo obvio y se adentra en lo misterioso, trascendiendo la mirada superficial y el paisaje habitual para descubrir momentos y rincones, seres y experiencias que suelen pasar desapercibidas a la mayoría. Por eso Agustín creo que tus palabras reflejan con hermosa elocuencia esa mirada. Siempre un gran placer verles aunque sea un ratito y dejarse contagiar de vuestra sonrisa y de vuestra presencia. Un abrazo, Antonio.

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