Una isla, preciosa, fue descubierta. Y en ella, felices y sabias, todas las mujeres que habían desaparecido.
Un bálsamo, fragante, fruto de recetas de brujas antiguas, se recuperó para sanar las heridas.
Un soplo de viento se llevó todos los corsés y las normas de género.
Una lluvia de plumas silenció los insultos y nos permitió volar.
Del diccionario desapareció la palabra raza y se transformó en humanidad.
La piel fue para el deseo y las caricias, y no importó color.
La ropa fue libre de estanterías, perchas y etiquetas.
La identidad no fue imposición.
Los cabellos crecieron siguiendo sus propias músicas, y constatamos que todas eran hermosas.
La infancia dejó de regarse con odio. Sin odio creció.
La desigualdad fue reparada, y la diferencia se celebró.
Ayer fue el día contra la violencia machista y desgraciadamente las noticias de agresiones se siguen sucediendo. Ojalá pronto podamos recordarlo como algo del pasado, y descubramos que la isla del texto puede ser nuestro hogar.
Que la violencia machista cisheteropatriarcal sea borrada por la educación y la justicia.
Un abrazo muy grande a víctimas y supervivientes.
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Hagamos que la isla sea todos los continentes. ¡Genial, Instapoet!
Hagámoslo <3
Se me había pasado este magnífico post. Ojalá fuese real, pero es imprescindible que nos demos cuenta que esa lacras desaparecerían si cambiásemos la educación en las casas. Me refiero sobre todo a la violencia de género.
Un abrazo!
Querida colega, construyamos ese escenario. Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.