Probablemente hayas decidido ser pobre como experiencia edificante (recuerda que según la meritocracia, si no has triunfado en la vida es porque no te lo has propuesto) y yo no te voy a quitar la ilusión de vivir la vida desde abajo. Pero como igual de vez en cuando te apetezca variar, he pensado hacer este escrito.
Yo sé que seguramente serás de esas personas que piensas que el dinero no da la felicidad, que la salud es lo principal y que todo lo demás es accesorio. Pero si un día quieres probar –aunque sea un poquitito- verás que el dinero no dará la felicidad, pero sí da la tranquilidad, y eso algo ayuda, por no hablar de que podrás acceder a servicios de salud privados (especialmente de salud mental o geriatría) o evitar que te desahucien, y eso, aunque no lo es todo, da un poquito de paz física y mental.
Pero vamos, que no te quiero condicionar. Si has elegido la humildad, adelante.
De todos modos, bajo mi humilde punto de vista, ser una persona rica es altamente recomendable. De hecho te lo recomiendo. Va bien desde para la piel hasta para el ascenso laboral y social.
Si ya lo sabes porque decidiste serlo y, curiosamente, ya venías de una familia con dinero, quizá te interese más otro de mis posts.
Si aunque disfrutas enormemente de la emocionante amenaza de la precariedad algo te chirría, sigue leyendo.
De todos modos, tienes que saber que puede ser compatible ser pobre y disfrutar de algunos de los placeres de las personas ricas.
Por si te apetece probarlo, aquí te dejo estos consejos:
–Tú anda siempre bien monx y sé simpáticx, que quiera invitarte la gente rica a todos sitios (lo cual incluía desde casoplones a barcos). Este consejo REAL que le daba su madre a mi amiga, resumiría toda la filosofía. Pero hay más.
–Sé “chispeante” y viste de forma que llame la atención por ser original o audaz –sin pasarse, que si no asusta-. Así te llevarán como nota exótica a eventos o cenas.
–Ten buena conversación. Esto lo he experimentado yo en mis carnes y me han llegado a invitar a fiestas top o a cenas exclusivas confiando en que daría juego. Luego, claro, hay que estar a la altura.
-Si lo que quieres es unir cuidado corporal y acceso a oportunidades, nada como hacer una inversión y apuntarte al gimnasio donde va la gente de dinero. Una vez ahí, depende de tu arte.
-Por último, si quieres aunar trabajo y posibilidades de acceso, nada como trabajar en una tienda de lujo (eso sí, no descuides los primeros consejos y sé monx y chispeante).
En fin, espero que todos estos tips te sean útiles y que puedas disfrutar de la riqueza, aunque sea en pequeñas dosis. Si ves que te gusta para siempre recuerda que deberás enfocarte seriamente en lograr la misma.
Y si alguien te dice aquello de “si quieres, puedes”, le explicas que la meritocracia es una trampa, que no todo el mundo parte de la misma casilla ni con los mismos apoyos y que de lo que se trata es de crear una sociedad más justa, equitativa y de acceso a oportunidades.
Transformemos aquello de “si quieres, puedes” en que “si quieras, puedas”.
Un abrazo enorme.
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Es que la gente se empeña en la pobreza y la precariedad y no lo entiendo… mi truco de riqueza es despreciar el dinero, no le quedo con nada, todo fuera…
Qué sabia postura. ¡Voy a imitarte! BESOS
Querido HKB:
Definitivamente me quedo con tu penúltimo párrafo.
Un abrazo!!
Gracias compañera. Yo me quedo con personas como tú <3