La suerte de la fea… ni la guapa la desea.
Digo yo que aquello que pregonaba el refrán sería válido en tiempos de Mery–chestnut (Maricastaña, en lengua de Hillary Clinton, otro gran ejemplo), porque lo que es ahora… las feas no sirven ni para hacer de feas.
Y si no me creen, vean las series, en las que al cabo de unos capítulos, esos patitos feos se tornan más bellos que las guapas oficiales.
¡Si hasta King Kong escogió a la más mona… pero de las humanas!
¿Ser guap@ sólo tiene ventajas? ¿Es lo más preciado en nuestra sociedad?
Siguiendo mi instinto sabueso, quise sondear qué pensaban las personas humanas (no sé si todas lo son) al respecto.
El resultado fue más contundente y aplastante que una ración de fabada doble para cenar, o que un concierto de Inma Serrano a medianoche. Nadie creía que ser guapo o guapa fuera una desventaja.
Nadie, excepto mi musa tímida, que me habló de su cuñada: una mujer estupendisísima de 30 años inciertos que se queja de la incapacidad de encontrar un hombre que vea más allá de su físico. Esto me hizo recordar el caso de algún amigo mío en igual tesitura, y también de otros que incluso sentían que debían demostrar que eran inteligentes además de bell@s.
Por lo tanto era cierto: habíamos descubierto situaciones en las que la belleza podía suponer un inconveniente.
Al plantear este descubrimiento al público general, la respuesta fue aún más contundente: ¡La gente se alegraba!, argumentaba que “menos mal que no todo les iba bien a l@s guap@s”.
Como no se trata ahora de comentar esa tradición más ibérica que el jamón que es la envidia, pasaré por alto el comentario, pero no lo que hay de fondo: Vivimos en un mundo superficial, y competitivo hasta la médula.
El hombre es un lobo para el hombre, por no hablar de las lobas de ambos sexos.
La valoración de la belleza ha alcanzado tal grado que, aunque no se reconozca abiertamente, puede ser la primera criba en una selección de personal para cualquier empleo; en una primera cita; o a la hora de ofrecer ayuda a alguien desconocido, por ejemplo.
Personal y profesionalmente, prefiero hablar de la importancia de cuidarse frente a la belleza en sí, pero reconozco que es prácticamente imposible no entrar en el juego.
Así que no se me ocurre nada más que recomendar a todo el mundo que haga lo mismo que La Bella: no nos dejemos engañar y miremos el Interior.
Aunque, pensándolo bien… ¡La Bestia resultó ser un Príncipe Apuesto cargado de Propiedades y Títulos!
En Fin, quién esté libre de culpa, que tire el primer teléfono móvil, como diría Naomi.
Querido Hong kong Blues, pocos dias despues de acabar Tokio Blues, aqui me tienes leyendote con fervor!!! No nos engañemos que eso de preferir la belleza interior es como decir que nadie en el mundo quiere que hayan guerras, quien quiere vivir en una casa feeea? quien quiere irse de luna de miel a una playa sucia? quien quiere tener olor a ajo en las manos? quien le regala a su amor un ramo de flores marchitas? creo que todo radica en que es bello? como parece que la belleza fisica esta reñida con el interior yo propongo seamos todos reversibles segun las necesidades del momento, ala!!! a practicar la reversibilidad!!! chuik!
Apreciado “bloguer”, me han parecido muy interesantes tus reflexiones sobre la belleza, y como el cúmulo de los mortales nos morimos de envidia por estar allí donde se encuentran nuestros ídolos sexuales (de más de 60, o no). Cuantos querríamos estar el próximo 24/02/2008 en Teatro Kodak de Los Ángeles? Pero también me gustaría reflexionar (sin que esto parezca un menosprecio intelectual) sobre cuantos de estos “guap@s” han llegado donde están por su inteligencia? No me gustaría finalizar este comentario sin nombrar a mi gran musa y excepción a lo antes comentado: ELSA PATAKI.
¡sí, sí, sí! ¡es así! A nadie le amarga un dulce, por muy diabético que seas. pero… ¿tenemos que pedirlo todo? ¿lo ofrecemos nosotros?
puestos a desear, que sea el pack completo: ¡cuerpo de pecado y mente brillante!
bromas aparte, vale la pena reflexionar, pues hay mucha injusticia detrás de esas exigencias.
¡un beso enorme!
Eso de que la belleza está en el interior y que no cuenta el físico…Ja Ja y Já! es una de las más grandes falacias de la Historia; además fijo que eso lo inventó un guapo/a…
La belleza se puede adquirir a golpe de talonario. la inteligencia… lo dudo (bueno, ahora que la huelga de guionistas ha terminado, puede que sí). me ha gustado mucho la idea de Montse K: viva la reversibilidad!!! se lo voy a decir a mi buen amigo Obama, para que lo use en su campaña. Kisses
¿ Y que hace un chico como tu en un lugar como este ?
Creo que deberías dedicarte a esto y dejarte de otros problemas de difícil resolución y sí mucha «quemazón». Me guardaré tus artículos en casa,y el dia de mañana dire : » Lo seleccioné yo , ya se veia la clase »
ciao …..
Amigo Boni, ¿qué tal estás? me ha gustado tu último artículo, pero debo aclarar que mi esposo dice que de musa tímida nada, sino que soy una FIERA ALOCADA.
La belleza, como todo en nuestros días, ya se ha democratizado: tod@s podemos ESTAR guap@s e incluso lograr SER bell@s. Es una cuestión de voluntad y esfuerzo personal. Nada más relativo que la belleza. Ya lo dice la sabiduría popular: «siempre hay un roto para un descosido». ARRIBA LAS AGUJAS!!!
Personalmente, he optado por la belleza y no me arrepiento.
Y si a la vejez, viruelas… y al mal tiempo, buena cara… contra una genética inoportuna… búscate la sombra de un buen árbol!!!
jajajaja. muy bueno lo de «optar por la belleza», Under the Tree. pero insisto: no perdamos el contacto con la realidad y cultivemos lo más importante, ¿ok?.
por cierto, me rondaba por la cabeza modificar el dicho popular y transformarlo en «CRÍA BELLEZA Y ÉCHATE A DORMIR».