Hola, me llamo Agustín y soy adicto a la telebasura. Yo pensaba que lo tenía superado, pero no, me he dado cuenta de que es más fácil de lo que pensaba volver a recaer. La Telebasura es maravillosa, y casi hipnótica.
Todo esto lo he descubierto durante las vacaciones en la verde-esperanza Asturias. Y no sólo soy adicto yo, sino que también PITICLI ha caído en sus redes.
Podría echarle la culpa a la climatología siberiana, que nos obligaba a pasar más tiempo enel hotel y menos de turismo en el exterior, pero sería engañarme. De nada servían las visitas a los estupendos museos y monumentos asturianos (aquí incluyo a mi familia política), ni siquiera a sus pistas de patinaje sobre hielo (porque patinamos, claro). A la vuelta, el mando de la tele, con sus cientos de canales vía satélite, nos esperaba más seductor que un número de lotería premiado.
Por suerte, soy más tacaño que adicto, pues si no ahora mismo tendría:
– una colección horripilante de 400.000 CD\’s con lo mejor de la música disco de los 80
– una plataforma vibradora con la que hacer ejercicio sin esfuerzo (a la vez que preparas mayonesa, batidos y montas claras, imagino)
– un peine que evita la caída del cabello gracias a sus rayos láser incorporados (y que lo mismo lo puedes utilizar tú que C3PO o R2D2 en plan espada futurista)
– cuchillos con los que cortar tomates y tornillos (esto también es útil para R2D2)
– una masilla reparadora de los desperfectos en la carrocería del coche (y eso que no tengo coche, pero seguro que lo puedo usar para reparar el microondas o los surcos del acné)
– 5 colchones hinchables para invitados
– otra colección de 400.000 CD\’s con lo mejor de la música de los 80 (por si se me estropea la anterior, aunque claro, también los podría reparar con la masilla…)
Y junto a todo eso, recibiría de regalo:
– 200.000 juegos de manicura de gama alta (?!?!?)
– 800 cremas reductoras específicas
– 40 corta-verduras (uno nunca es suficiente)
– 175 juegos de sábanas especiales antideslizantes (y que brillan en la oscuridad, fijo)
– 500 destornilladores multiusos (éstos también se los dejaría a R2D2)
– 1.550 CD\’s con lo menos mejor de los 80 (es sabido que en las Caras B siempre se descubre algo)
En ningún momento me importó que no cupiese todo en los treinta metros cuadrados del minipiso, pues seguro que las cremas reductoras, aplicadas a todos los productos, hubieran posibilitado ser guardados en cualquier rincón en los maravillosos estuches de regalo. ¿Cómo podía ser que todos esos productos TAN necesarios sólo se vendiesen en televisión?
Pero la tacañería me salvó de la teletienda. De lo que no me salvó fue de las zarpas de los programas de cotilleo. Ay, madre, ¡qué adictivos! A cada 15 minutos queríamos saber las novedades del estado sentimental de nuestros más preciados conciudadanos televisivos. ¡Nos daba igual la crisis económica, la ola de frío polar! PITICLI y yo sólo podíamos dormir tranquilos una vez que nuestro STAR – SYSTEM patrio hubiera resuelto sus conflictos, solucionado sus males de amor; o cuando los ciudadanos de \»a pie\», gracias a los
programas de testimonios, hubieran recompuesto sus familias rotas.
Luego estaban los programas \»DE IMPACTO\» (plagados de persecuciones policiales, gente desmembrada, y accidentes surrealistas) y los juegos en los que sólo tenías que acertar una simple palabra para ser millonario pero que incomprensiblemente nadie acertaba. Eran fascinantes. ¡No dábamos abasto! ¿Cómo habíamos podido estar tanto tiempo sin todo eso?
En algún momento, sin querer, hacíamos zapping en los canales de noticias, pero era tan desalentadora la situación laboral, el frío de Ucrania, y los conflictos entre naciones, que volvíamos raudos al cálido bienestar de los quinientos canales basuriles.
Que digo yo que en los telediarios podrían poner de vez en cuando alguna noticia positiva (no me creo que no las haya), que nos reconcilie con este mundo que nos ha tocado vivir, y que no nos induzca al estado de paranoia colectiva en el que parece que nos quieran situar. Aunque claro, igual soy demasiado malpensado.
Ahora, ya de vuelta, me tengo que enfrentar a la dura situación de no tener antena de televisión, a tener que leer la prensa para enterarme de cómo está el mundo, y a salir a la calle.
Sin haberlo podido prever, he de incluir en la lista de propósitos para el 2009 (además del gimnasio, el inglés y todo lo demás), dejar el tabaco y la telebasura. Crucemos los dedos.
Y para tod@s aquell@s que quieren saber qué tal fue el resto de Festividades Navideñas, decirles que la etapa en el \»Tour Astur\», fue estupenda, llena de momentos entrañables con amigos y familia; cantando como berracos sin ritmo canciones varias; comiendo hasta los límites de la realidad (¿quién puede resistirse a la gastronomía asturiana?); debatiendo la situación actual; recorriendo -siempre que la nieve y el frío daban tregua- esos paisajes y patrimonio que tanto merecen visitarse y potenciar; y alojados en un hotel (el Hotel Vetusta de Oviedo) con tan estupenda relación calidad-precio (y que nos trataron tan y tan requetebién) que teníamos
que pellizcarnos para creer que fuera cierto.
Un buen colofón, sin duda.
¡Hemos vuelto a superar estas fechas un año más!
Espero que vosotr@s también, y que la cuesta de enero sólo sea una estupenda subida a la cima desde la que contemplar un maravilloso paisaje.
¡Sed muy felices!
Apreciado Hong Kong Back: Me alegro que no cayeses en las redes de las teletiendas… yo lo he hecho varias veces (no tengo remedio) y te aseguro que no es oro todo lo que reluce… Te puedo regalar una minibicicleta y un step lateral (no me acuerdo como se llama) que no sirven para nada….. Y no hablemos de los remedios para dejar de fumar (lo compre en su dia…)jejeje… El colchon lo regale a una amiga, porque le hacia «falta» pero cuando vio lo incomodo que era, se lo dio a otra amiga (amigas muy solidarias…) En cuanto a la telebasura…somos un poco adictas en casa… o al menos nos sirve para quedarnos dormidas en el sofa… Corazones de invierno ¿donde estas corazon?, La noria, novios, novias y viceversa, que esta pasando, gran hermano,…grandes somniferos que funcionan!! Como el bifidus… Me he reido mucho leyendote… Besos!! (Sabes que tienes todo mi apoyo desinteresado para cuando quieras dejar de fumar otra vez!!!)
Y qué decir de los escultores de abdominales? de la súper mopa? de los productos a base de baba de caracol? de los abrillantadores de coches? de los limpiacristales por ambos lados!!??? Ay, Dior mío! Es más fascinante que entrar a un chino: hay testimonios reales!!! Totalmente verídicos! Gente cuyas vidas han cambiado con sólo pagar el precio indicado en la esquina inferior derecha de su pantalla!
Y toda esta felicidad a tan sólo una simple llamada.
Si hasta puedes utilizar la tarjeta de compra del English Cut!!!
Para cuándo el Nobel a la teletienda? Al menos un Príncipe de Asturias, no? A la concordia…
Y Puxa Asturies y el verde espinaca que llega hasta el mar!!!
He de reconocer que, en ocasiones también veo esos programas. Aún no sé cómo puedo estar sin ese maravilloso corta-verduras que vi anunciado hace unos meses y como no llamé al concurso, cuando estaba clarísimo que la palabra escondida era Pato. ¡Sólo yo lo sabía!
En mi caso, lo único que me salva de mi ruina total es mi fobia al teléfono. Sólo tocarlo y sufro calambres. Reconozo que este problemilla me ha hecho perder relaciones con algún amigo y antaño con algún novio-ligue. Suplico, y pido que no llegue el día que se puedan hacer las compras con el mando de la tele.
Maestra Gemma: jajaja. No te imaginaba en las redes de la teletienda!
Yo nunca compré nada, pero me fascina el formato (eso sí, he de reconocer que he dormido en el colchón hinchable y fue un suplicio)
Parece una secta!
En cuanto a los programas del corazón, creo que después de tanto tiempo sin verlos, me parecieron horrendos y formidables a la vez, jaja.
Gracias por tu apoyo en dejar el tabaco. La semana próxima me pongo a ello.
Besos!
Genial UaTG: jajaja. Veo que te lo conoces al dedillo! Me ha encantado tu enumeración, así como el detalle del tema «precio indicado». Buenísimo!
No sé si merece un premio, pero desde luego… Puxa Asturies! (eso sí, creo que habrá que hacer algo para sacarle más partido a esa tierra, que está poco explotada).
Muchos besos!
Adorada Fujitsubo: no te imaginaba viendo esos programas! Eso te hace más humana y adorable a mis ojos!
Claro! Era PATO! Cómo no se me había ocurrido antes? jajaja.
Lo que tampoco podía suponer era tu fobia telefónica. Mira, mejor, eso que te ahorras y que destinas al contacto cara a cara.
En mi caso, me encanta hablar por teléfono, y el colmo es que por trabajo tengo que hacerlo mucho, así que por ahí lo canalizo todo, jaja.
Un beso enorme!
jajaja, eres como myman con la teletienda! nosotros tenemos un furminator (cepillo que fulmina el pelo del perro, tiene tela el nombrecito) que nos salió por el módico precio de 30 euros!! y nos regalaron unas prácticas alarmas para puertas! todavía sigo en estado de shock… besitos!
es una lastima que ya no vendan el FLOPPY BEE, un maravilloso juego de peines ensamblables a la boca de cualquier aspirador y que permitía ahorrarte una barbaridad de dinero en peluqueros… según decía una señorita muy mona, sólo tenías que acoplar el aderezo a la boca (de la aspiradora), enchufar el aparato con el que quitas las pelusas de debajo del sofá, pasártela por el coco y… ¡alehop! ya tenías tu cabellera cortada al uno, al dos, al tres o al cuatro sin esfuerzo y de un modo homogéneo a la par que elegante… glorioso! seguro que habrías sucumbido…
Amiga Moi: jajaja. Vaya con el nombrecito! FURMINATOR parece el FURBY malo, resultante de darle de comer después de medianoche! jajaja.
Espero que resultara útil. Lo de las alarmas también tiene miga. A mí me las regalan y no sé qué hacer con ellas, pues sólo tengo una puerta!!!
Besos!!!
Colega Salva: qué sorpresa tan agradable verte por aquí! OLE OLE!!!
La historia del FLOPPY BEE me ha dejado en estado de catatonía!!! jajaja. Qué mente habrá pensado algo semejante? Funciona?
No sé si lo hubiera comprado (soy demasiado fiel a Merche, mi peluquera), pero desde luego, me hubiera encantado ver el anuncio!!!
Brillante.
Un fuerte abrazo!
Mr. Kong, tiene usted que alquilar un guardamuebles para almacenar todas esas cosicas que compra de madrugada. Y si le sobra sitio monte un laboratorio clandestino de metaanfetaminas, que es lo que hacen en las series americanas. Con respecto a la telebasura, servidora se está quitando, poco a poco (los viernes sigo echándole un vistazo a DEC, a ver a quién lapidan) pero me estoy quitando. Es muy difícil, se lo digo: yo lo intento, pero luego llegan los Thyssen, montan este Cristo y ¡hala!, recaída total. Las productoras de estos programas tenían que unirse y crear el FRAC: Fundación para la Rehabilitación de Adictos al Corazón. Y todos encerrados durante 15 días en un centro viendo documentales de la 2, pero los clásicos ¿eh?, no estos nuevos que cran un morbazo tipo «el león persigue al impala sin piedad… ¿conseguirá alcanzarlo? ¿clavará sus poderosos colmilllos en su frágil cuello? Volvemos en dos minutos», porque así hay recaída segura.
Por cierto: cada día me engancho más a sus posts. ¿Hay algún sitio donde me rehabiliten de usted? Porque lo suyo es drogaína.
Y qué me dices de la cama hinchable que anuncian «para esas visitas imprevistas»?
Admirada Rosa Palo: me sonroja usted! De verdad que no sé qué decir ante sus halagos. Por suerte sabe que es recíproco, verdad?
En fin, que no me veo alquilando el guardamuebles (prefiero no gastar), ni montando el taller que dice, aunque no descarto pasar por la experiencia de deshabituación que plantea. Es más, me gustaría pasar por ella para luego incluso convertirme en uno de esos ex-adictos que ayudan a los demás. Deformación profesional, jaja.
Mil gracias por su comentario. Besos, artista!
Maestra Mercè: ay, esa cama hinchable! Como ya respondí a la compañera Gemma, he sido sufridor de dicha cama. Y no repito, jaja. Mis riñones no lo podrían volver a soportar!
Un beso fuerte!
Divino el post, maravillosos los comentarios. Yo no soy mucho de teletiendas pero confieso que era adicta al Tomate. Pero adicta con culpa, que si no como que no es lo mismo. Menos mal que salió de mi vida, pq yo no podía dejarle nunca del todo. Ahora tengo mis días con Sé lo que hicisteis, pero no es lo mismo… Y he descubierto lo peligrosa que puede llegar a ser La noria… uff!
Hola Colega Agustín,
¡Que cierta tu visión de la tele… y lo mucho que puede engancharnos! La verdad es que hay que tener cuidado para que no le pase a los niños… Estas navidades estábamos viendo la TV y veo como mi hija de 7 años repite un 902 y me dice, «mamá, ¿porqué no llamas? ¡Mira lo q puedes ganar!»… bueno, otra enseñanza más… es importante decirles que NO todo lo q sale en la TV es cierto. Y q tampoco hay q hacerle caso a las llamadas milagro!
¡Nos queda mucho por hacer! Un abrazo, Nora Kurtin de Sapos y Princesas
Amiga Paloma: jajaja, no te hacía adicta a los programas de cotilleo! Imagino que ahora, tras la retirada del tomate, te sientes mucho más FELIZ Y CONTENTA, ¿no?
Tú sí eres divina. ¡Besos!
Colega Nora: qué alegría verte por aquí! Ole Ole! Me ha encantado la anécdota de tu hija. A veces el punto de vista que nos ofrece un niño, nos lleva a mirar la realidad de una manera más certera. Totalmente de acuerdo en acompañarles (en sentido amplio) en sus momentos televisivos.
Por cierto, ¡habrá que aprovechar su estupenda capacidad memorística!
Un fuerte abrazo
Yo antes veía telebasura y estaba orgulloso de ello… sí, sí, así, porque qué quieres que te diga tras 8 horas de trabajo leyendo sentencias, el BOE, leyes, reales decretos, reales decreto-ley y escribiendo recursos, contestaciones a demandas y demás pues como que lo que mi mente necesitaba era evasión y risa. Vamos, cositas sencillas que meterse entre pecho y espalda.
Ahora no, ahora es que directamente tengo tan poco tiempo que la tele sólo la veo para ver alguna serie a la que somos abonados (que por cierto tenemos que reprogramarnos porque nos están dejando sin ninguna) y poner incansablemente Pocoyo y Blancanieves y los Siete Enanitos para mi hija…
Eso sí, en plan teletienda, en algún zapping he visto el gran invento ese que «ha sido específicamente diseñado para buscar, encontrar y atrapar literalmente el pelo» y que me tiene loco porque dicen y repiten tanto lo de las manos y sus dedos, los pies y sus dedos que me parece que cuando llegan a las ingles también va a aparecer un «y sus dedos» tras ellas… en fin, no sé, cosas de aquñí el greli.
Yo no soy de teletienda, no por nada, si no porque la tele me produce urticaria y tampoco es cuestión de andar por ahí llena de granos, pero como adicta al «shopping de evasión» en todas sus otras alternativas se me está ocurriendo organizar una «manta colectiva» (creo que tengo una sin estrenar que compré en unas rebajas, una ganga, tenía un 60% de descuento), para deshacernos de esos «en su momento must-have» que, una vez adquiridos, nos producen un cierto desasosiego. Igual sacamos algo para irnos de cena, aunque sea un bocadillo de calamares y una lais (versión de chiringuito de la coca light, extraído literalmente de la factura)
Amigo Grelinno: al final, tanto POCOYO y BLANCANIEVES vienen a hacer el mismo efecto balsámico para la mente que los programas del corazón, no? Por suerte a tu peque no le ha dado por pedirte una y otra vez el BOE, jaja.
Miedo me da el invento ése que nombras del pelo.
Un abrazo!
Amig@ Anónim@: como tú bien dices, no queremos estar llen@s de granos! No, no y no! Me ha encantado lo del «Shopping de Evasión». Muy bien definido!
Te apoyo en tu iniciativa mantil. La «lais» -fenomenal, fenomenal- seguro que cae!
Besos y gracias por tu comentario!
Telebasura mon amour.. Slap-up 🙂