– ¡Ah! ¡Tienes pelo de yayo! ¿Es que tú tienes ochenta años?
– Pobrecillo, le ha tocado tener pelo de yayo pero seguro que aún es joven…
Esto es parte de la conversación mantenida este sábado con dos de nuestros geniales ahijados. En concreto, algunos de sus comentarios respecto a mis canas.
Cuando intenté cambiar de tema, preguntando por los países que querrían visitar de mayores (son gemelos y tienen actualmente ocho años) la respuesta de la niña fue:
– Yo quiero ir a Italia y América, sobre todo a Venecia
El niño nos soltó:
– Yo quiero ir a Hawai y ver un tsunami
– ¡¿!¿!¿!¿!¿!¿!¿¿!!¿ ¿Pero tú sabes lo que es un tsunami?
– ¡Sí! ¡son esas olas muy grandes que tienes que correr mucho y se lo llevan todo!
– ¿Y por qué en Hawai?
– Porque hay chicas que bailan así (y lo describió)
Tengo que reconocer que fue una comida muy divertida. Anteriormente ya les habíamos cangurado durante todo un día, pero esta vez dio mucho más juego. Eso sí, con ocho años ya hablan y preguntan de TODO (y eso incluyó, oh my God, preguntas sobre sexo y condones).
– ¿Y tú sabes qué es una prostituta?
– -yo, poniendo “cara de aquí no pasa nada”- A ver, dímelo…
– Pues una mujer que hace sexo por dinero
– O sea, una comerciante -y aquí, milagrosamente, finalizó la conversación-
Cuando devolvimos a los peques a sus padres, a eso de las ocho (los habíamos ido a buscar alrededor del mediodía) nuestra mirada hacia ellos era de sincero respeto. Nosotros sólo los habíamos tenido unas ocho horas y parecíamos Rambos volviendo de Vietnam. En esas horas habíamos ido a la bolera (atención, les encanta), a comer, a jugar a la playa… y tanto PITICLI como yo presentábamos serias agujetas y moratones.
(PITICLI más, pero es que se pone a la altura de los peques, que yo le digo, oye tú tienes treinta y cinco años y más de metro ochenta, entonces claro que tienes ventaja a la hora de coger la pelota, así que por qué no les dejas ganar algún juego… pero PITICLI se entusiasma y no se frena, lo que a ellos al final les encanta).
Resultado: fue el primer sábado de mi vida en que a las once de la noche estaba en la cama. Si hubiera escalado un pico de tres mil metros y bajado a la pata coja no hubiera estado más cansado.
¡Eso sí que es deporte y no el gimnasio! De hecho, igual que hay bares con perros y gatos en Japón para que juegues con ellos cuando no tienes mascotas, podrían montar centros deportivos donde tus contrincantes siempre fueran críos. Apuesto a que terminarías haciendo más ejercicio que en la cinta.
Aunque mejor no entro en este tema. Últimamente parece que todo el mundo está con la operación bikini súper adelantada y nosotros, que somos plenamente conscientes de estar a las puertas de la crisis de los treinta y seis -no quiero ni imaginar la de los cuarenta-, no nos hemos puesto ni con la operación neopreno.
Por eso aprovechamos mientras no llega el verano (esa época terrorífica en la que se trata de poner toda la carne en el asador) para sacar partido a nuestra mejor baza: el armario (clicad aquí y entenderéis mejor por qué lo digo).
Aunque no todo el mundo sea de la misma opinión… Ejemplo: supuesto piropo que me soltaron el otro día “¡qué guapo vienes hoy, estás CASI tan bien como tu jefe!”. A lo que yo respondí: “mira bonita, desnudo no lo sé, pero vestido gano yo” –qué queréis que le haga, fue una respuesta cutre pero fue lo que me salió-.
La tuve casi convencida hasta que se me ocurrió contarle que Manoli me estaba terminando de confeccionar una falda escocesa. Fue demasiado para ella…
Puede que para animarme, la otra chica que estaba presente me contó una impagable conversación que tuvo con su novio mientras en el telediario hablaban de los cementerios nucleares. Atent@s porque es de lo mejor que me han contado en tiempo:
– Uauh, cari, esto es el futuro. ¡Dentro de poco, ya mismo, no habrá cementerios normales!
– ¿Pero tú qué crees que es un cementerio nuclear?
– No sé, pues uno en que en vez de incinerarte te desintegran, ¿no?
Brillante. No podía parar de reír cuando me lo contaba.
Lo mismo que cuando me explicaron el siguiente chiste:
Era un hombre tan negativo, tan negativo, que se desmayó y en vez de volver en SÍ volvió en NO.
Mantened vuestro buen humor a salvo… ¡y sed muy felices!
P.d. dedicado a todos los padres.
🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.
Dioos! Si así estáis en la crisis de los 36, no os quiero ni explicar cuando lleguéis a la de los 40! De hecho es una crisis de crisis: de pareja, de personalidad, de profesión, bufff…no queda títere con cabeza. Benditas criaturas de 8 años que te rejuvenecen (las canas no, eh? que so no tiene vuelta atrás)
Oye, ¿de verdad hay sitios dónde jugar con mascotas ajenas en Japón? ¿Que va a ser lo siguiente? Bueno sí, el otro día descubrí una tienda de electrodomesticos que vende ropa, lo mismo te compras una nevera que unos tejanos (lo juro!), vale la crisis agudiza el ingenio pero…mieditoooo
¡Ay! ¡Que la crisis de los 40 nos pille confesados!
Mola esa tienda neveril-fashion. Me tienes que contar más.
¡Mil besos! 🙂
Hace años leí un trabajo que habían realizado los americanos (cómo no), en el que unos adultos intentaban realizar la misma actividad física que unos niños en un día y determinaban que era imposible!.
No me puedo creer que entres en crisis, si los 35 de ahora son los 25 de antes!, jajaja…no te queda!…y tú siempre estás guapo, claro vestido que es como te conozco ;-). Un beso!
Cuánta razón tienes con lo de los 35-25, lo que pasa es que yo lo veo pero otros no, jaja.
Gracias por ese aporte del estudio americano.
Eres un sol. ¡Qué bien sientan tus cumplidos!
Besos.
Como se puede ver, esto va de féminas y yo soy la tercera que te comenta. Tu post actual lo que me ha sugerido es lo bien que entiendes tú este asunto de los blogs. Y he pensado también eso de que los niños son para sus padres, que no se suelen esfozar tanto como los canguros (como vosotros) Un abrazo.
Querida colega, me tratas tan bien en cada comentario que me vas a generar dependencia 🙂
Ciertamente nos esforzamos como canguros, jaja.
¡Un fuerte abrazo!
Dígame cuánto me cobra la hora, que le mando a mi hijo para que se quede con él una temporada y se ahorra la Operación Bikini. Eso sí, después de eso se engancha al Orfidal fijo.
Por cierto, tengo que comentarle una cosa que me dijo el crío cuando vió una foto de usted y de Piticlí.
Besos nucleares.
Jajaja. Tengo que pensar seriamente, a raíz de varios comentarios, la posibilidad de ofrecer nuestros servicios de canguro, aunque he de reconocer que a quien se le da mejor es a PITICLI. Yo no tengo tanta vitalidad, pero soy muy bueno cuando toca ponerse firme.
Lo mejor es que hable con usted directamente y hagamos un presupuesto (que incluya los orfidales, of course).
La adoro.
Ayyyy, cómo me alegra que los padres temporales sintáis el peso de los niños (y no me refiero al físico) en vuestras carnnnnes… Que además se te olvida un detalle importante respecto al cuerpo a cuerpo con los tiernos infantes: a la mañana siguiente, ¡madrugan como si no hubiera pasado nada!
Por si te sirve de consuelo, yo sólo he sabido lo que es acostarse un sábado a las diez desde que soy madre… Y me parece un planazo…
Besos a lo grande y, cuando quieras, te paso a mi hija para que sigas en tu entrenamiento personal con niños!!!!
Jajaja. A este paso voy a montar un Chiquipark 🙂
Querida colega, apuntas un tema que se me había pasado por alto y que me resulta altamente aterrador: ¡es cierto! ¡los gremlins por la mañana se levantan como si nada! ¡y por lo general temprano!
No sabes cuánto me ha gustado ver un comentario tuyo por aquí. ¡Qué alegría!
Tomo nota de tu propuesta para que me pueda poner súper en forma gracias a tu peque.
¡Besos!
Menudo tópico lo de la energía incombustible de los peques, ¡pero que gran verdad! Los que no somos los responsables creo que tenemos la suerte de llevarnos la parte buena (aunque los padres sólo vean partes buenas en todo momento – claro que aquí entra en juego el importante factor de tolerabilidad que aporta el vínculo sanguíneo).
Y esa falda es THE falda, ¡quedará espectacular! Y tú vas a llevarla como nadie, ¡seguro!
¡Ay! ¡Y tanto que es verdad! Pero como tú dices, nos llevamos la mejor parte 🙂
Por cierto, en cuanto tenga la falda terminada te la muestro. ¡Besos!