Soy tan vintage que no tengo Whatsapp y leo libros hechos de papel.
Y tengo unas peloteras tremendas con PITICLI y amplias secciones de mi entorno respecto al uso de las nuevas tecnologías. No sé si lo sabréis, pero yo puedo ser más dramático que Dancer in the Dark cuando quiero, y esta vez he decidido tomar la postura del casposo iPhone Inquisidor.
Sin ánimo de ofender creo que se nos está yendo un poquito la cabeza. Alucino cuando en un restaurante hay una pareja que no se habla pero que hace una foto cada uno a su plato para colgarla en internet e interactuar con sus amigos. Y van al baño y siguen tecleando el teléfono.
Me alarma contemplar en el metro que una pareja deja de besarse para responder a un mensaje.
Una conocida contaba alarmada que días atrás iba conduciendo con tres amigas más en el coche. Como ninguna le decía nada pensaba que se habrían dormido. Pero no, dos de ellas estaban hablando entre sí por whatsapp y la otra consultaba su facebook.
Resulta fascinante que pensemos que tenemos 500 súper amigos aunque a la mitad no sabríamos cómo presentarlos si nos acompañaran al Un Dos Tres. En cambio tememos y/o desconocemos al vecino.
Hay gente que dice no tener tiempo de nada (siquiera de cocinar) pero contemplas que pueden pasar horas y horas conectados. Una buena adaptación de La Bella Durmiente, a día de hoy, sería la Bella Hikikomori.
No deja de maravillarme que deseemos descargarnos aplicaciones absurdas y que nadie haya diseñado alguna que te avise cuando tu nevera esté vacía o en tu casa la porquería sólo te deje dos opciones: barrer urgentemente o alquilar el espacio para rodar Westerns.
Me chirría cuando entro en facebook y alguien ha colgado la foto de un paisaje fantástico con el siguiente pie de foto: ¡Ay! ¡Qué maravilla! ¡Cuánto necesitaba desconectar!
¿Desconectar de qué? ¿De tu red eléctrica habitual? Para mí actualmente el verdadero lujo es ir a un lugar en el que no haya wifi, 3G o 5º 2ª.
Y no hablemos de instagram. Admito que el “Efecto Chernobyl” es muy poético, pero a este paso dentro de poco creeremos que vivimos en un perpetuo septiembre Ucraniano.
Además no tenemos filtro. Hacemos fotos de TODO.
No sé qué hubiera sucedido si la despedida de soltera de una conocida hubiera sucedido a día de hoy… Me explico: le vendaron los ojos, la montaron en un coche y la dejaron en la recepción de un hotel… ¡NUDISTA! Cuando la chica se quitó la venda, todo el mundo –incluidas sus amigas- estaban en pelotas. ¿Qué hubieran colgado? ¿Dónde hubieran guardado el teléfono?
Establecemos relaciones curiosísimas -desde grindr a los grupos de whatsapp- y pasan cosas tan particulares como que tu amiga no te pueda avisar de algo porque tú no estás en ninguno de esos grupos y ella ya no envía sms. Lo peculiar del asunto es que trabajamos juntos. Aunque si tenemos en cuenta la gente que está en el trabajo (y en clase) y no para con los mensajitos es comprensible.
En un futuro cercano la frase “te zumban los oídos” cuando alguien habla de ti se cambiará por “te atiza el whatsapp”.
Mi entorno (menos un amigo) dice que soy un exagerado –y no le falta razón-. Todos ellos hablan de las maravillas de los nuevos medios de comunicación, y de las ventajas que nos han ofrecido:
– acceder a más información, y encima no manipulada
– organizar revueltas árabes
– recuperar amigos del instituto con los que montar cenas reencuentro
– localizar amantes en un tiempo récord
– dar con gente más afín a ti
– etc.
Y claro, viéndolo así mis temores de abandonar el mundo “real” para pasar a vivir únicamente en Matrix –siempre me ha asustado quedar definitivamente enganchado-, o mi obsesión por establecer franjas del día (y sobre todo del fin de semana / vacaciones) libres de internet ya no parecean tan justificadas.
Al fin y al cabo he de reconocer que algunas de esas herramientas me han aportado cosas estupendas. ¡Como vosotr@s!
No, si al final tendré que reconocer que “donde hay Facebook hay alegría”.
Disfrutad y… ¡Sed muy Felices!
P.d. 1. Hablando de desconexiones, PITICLI me ha regalado una escapadita cumpleañera. ¡OLE OLE! Pero no esperéis que cuelgue ninguna foto en instagram.
P.d. 2. Pasear por el mundo real, dejando por un momento el virtual, ofrece bonitas sorpresas, como encontrar un fantástico taller cerca de casa en el que crean piezas tremendamente interesantes. No me he podido resistir y me he comprado un colgante. ¡Merece una visita!
jajajaj! no te preocupes que ya lo colgará PITICLI!!!!
tienes toooda la razón..Armando y yo, después del besín correspondiente a la llegada a casa, nos ponemos cómodos, uno con el ipohone y el otro con el ipad…cómo vamos a tener fios así!!!
http://maritienblog.blogspot.com.es/?spref=fb
¡Menos mal que luego vais juntos a haceros las súper fotos para el blog y ahí compartís un momento estupendo!
Nena, me imagino la escena y alucino.
¡Mil gracias por dejar aquí tu comentario!
¡Besos!
Mi marido se ha comprado la table ya queda menos para el silencio absolutoB
JAJAJA. Pues ya me dirás cómo es la sensación más parecida a un viaje por el espacio 🙂
Resistiremos Musa, resistiremos.
¡Te adoro!
Bueno yo creo que hay espacio, y tiempo, para todo. El mundo virtual no está mal. Yo he conseguido quitarme el gusanillo de la escritura con este mundo, te he conocido a ti y he recuperado a mis compañeras del colegio. Cosas suficientemente motivadoras para seguir dándole a la tecla, besos!
Tienes RAZÓN, pero ya sabes cuánto me gusta a mí una polémica. No sé, problemas de trabajar en una unidad de adicciones, jaja.
Me encanta saberte por aquí.
¡Qué gran regalo fue conocerte!
Maldito whatsapp!! Lo que supone quedar con una buena amiga después de meses de no poder por temas de tiempo y compromisos y se pasa toda la tarde respondiendo whatsapp entre minuto y minuto de conversación!!! Se me hincharon las narices cuándo encima va y me dice: «a ver si te canvias el móvil y te pones whatsapp y así hablamos más!!»
¿Que ha sido de las conversaciones enfrente de un buen café, pudiendo desconnectar realmente de todo? Y la verdad que me den un buen libro para poder manosearlo, doblar las paginas y dejar constancia que lo he leído..que constancia quedará en las tables cuando las formateen de la lectura de grandes obras literarias? Nada, vamos camino al olvido….
Ay, TERE, ¡Cómo te ENTIENDO! Resistamos, resistamos, aunque sólo sea para que nos coloquen en un museo.
Y si eso sucediera, tomaremos un café en una mesa y charlaremos. Las cafeterías de los museos son muy interesantes…
¡Besos!
Ya le comenté a usted de la forma más viejuna que existe (por teléfono) que mi santo y yo nos comunicamos a través del WhatsApp: «Nena, ¿te acuestas ya?», «Vale, subo», y nos estamos ahorrando un dineral en terapia de pareja porque así no tenemos ni una bronca: cuando nos enfadadamos escribimos en mayúsculas y ya está. Todo muy civilizado, él con su iPad y yo con mi iPhone. No se resista a las nuevas tecnologías, acabará sucumbiendo: cuando descubra el Twitter enloquecerá. Pero mientras tanto, siga regalándonos frases tan enormes como ésta: «…la porquería sólo te deje dos opciones: barrer urgentemente o alquilar el espacio para rodar Westerns». Enorme!!!!!
Por cierto, he vuelto a ser primer. Eso tiene premio, ¿no?
Enorme usted. Por cierto, no sé si sucumbiré, lo mismo que a veces me encanta ser un avanzado otras me da por ir contra corriente. Problemas de identidad, supongo, jaja.
LA ADORO.
¡Besos!
Estoy seguro que Gutenberg tuvo que aguantar esto y mucho más y a día de hoy lo agradecidos que le estamos todos…
En breve caerás en este mundo de vicio y perversión y verás que es como siempre ha sido a lo largo de la historia de la humanidad: todo depende el uso que se le dé.
Aunque reconozco que se ve cada abuso que es para pensárselo.
Espero que hayas tenido muy buen cumpleaños.
JAJAJA me imagino a Gutenberg en dicha tesitura y es que me «desorino». ¡Me venían imágenes de los copistas de los monasterios yendo a por él!
En todo caso, efectivamente, la clave está en el uso.
¡Mil gracias y muchos besos!
¡Qué horror! Soy la número 13 . Pero también me alegro porque algunos creen que eso es buena suerte. A lo que iba, tú es que eres muy moderno. A mí no me pasan esas cosas y todavía no he aprendido a meter fotos en el blog. Me lo han explicado y parece muy fácil, pero….
Jajaja. Yo creo que en este caso el 13 te va a traer mucha suerte. ¡Gracias por lo de «Moderno»! Rimbaud estaría encantado.
Y sobre poner fotos en el blog, seguro que si te pones lo consigues. Cosas más difíciles has logrado 😉
¡Gracias por tu comentario!
Ayyyyyy! Creo que la gran mayoría nos hemos visto reflejados en tus ejemplos… La verdad es que antes llegabas tarde, y no hacía falta avisar… simplemente la otra persona se quedaba esperando y listos! Y ahora si te demoras un poco y no avisas… buffff, la que te espera! De hecho tengo la teoría que los whatsapps estan desbancado a «los mails», asíq ue a ver como terminamos… De hecho el otro día estaba en un concierto y una compañera me preguntó si sabía que signo del zodiaco era el cantante… al no saberlo, sacó el iphone y lo buscó en la Wikipedia!! (con esto queda todo dicho!)
Y en casa ocurre lo mismo… pactamos «horarios» con el whatsapp pq sinó… eso es un bombardeo que puede llevar a la guerra!
Y el colgante… genial! La verdad es que me ha encantado… 🙂
Mil besos!!!
Ay, menos mal que no sólo te das cuenta de la situación… ¡sino que haces lo posible para sacar el provecho de la herramienta! (uy, esto ha sonado un poco raro…).
Cómo me gusta verte por aquí.
¡BESOS!