Se lo dije a mi dentista: con esto que me estás haciendo digo adiós definitivamente al sex appeal. Me da igual si una placa de descarga me va a ir fenomenal, casi preferiría que me fueran poniendo folios por la noche para ir perforándolos, así aprovecharía el tiempo. Mi dentista dice preocuparse por mis encías, pero… ¿acaso no le importa mi vida conyugal?
Reconozcámoslo: los brackets ahora tienen su punto, las prótesis anti mordida no. Soy como los perros de los carteles: cuidado que muerdo.
Sí, amig@s, aprieto los dientes. Y ojalá tuviera otras cosas igual de prietas. Porque lo más rejuvenecedor que tengo actualmente es el acné, que me ha vuelto a salir. Y esa es otra, claro, antes de dormir me he de poner también la pomada para los granos.
Y quitarme las lentillas, porque no veo un pimiento. Al menos así no veo que me están apareciendo pelos en la oreja y la nariz. Tengo complejo de Mr. Potato.
Estoy tan agradecido de tener pareja que voy a comprarle a PITICLI uno de esos antifaces de las películas, e instauraré su uso nocturno obligado en el minipiso. Claro que también voy a prohibir palpar. A partir de ahora, todo tántrico.
¡Oh, Dios mío, si alguna vez tengo que volver al mercado, haz que únicamente me vea obligado a ligar de día y con luz tenue!
Los hábitos antes de dormir y justo después de despertarse no engañan: da igual que seas macrobiótico y hagas más yoga que Fu Manchú; de nada sirve que lleves tu barbita y tu ropa de Sport Billy – va – a un – Festival. No, amig@. Si te levantas y has de ponerte más cremas que a la salsa carbonara (o amorrarte al ibuprofeno porque ya no aguantas la resaca) estás \»madurando\».
Pero míralo por el lado positivo: tu cerebro (ese órgano rosado que siempre sale disparado en las películas americanas, a diferencia de otros órganos rosados que nunca salen en las películas americanas y mucho menos disparados) se encuentra en su plenitud.
Y oye, a alguien le interesará.
Yo, después de confirmar la pérdida de la lozanía juvenil y de descubrir que soy tan equitativo que puedo envidiar a todo el mundo por igual, me noto a gusto con mi mente. Tanto que he decidido sacarla de nuevo a pasear y retomar la escritura de mi última novela.
Al fin y al cabo dicen que eso también resulta sexy.
Y por si no fuera suficiente, también cocino más que antes. Donde no llegan los bíceps que lo hagan el cerebro y el estómago.
Pero recordad: nada de cenas pesadas o añadiremos indeseados rituales extra antes de acostarse. Lo suyo es organizarlo todo para disfrutar de una buena siesta.
Porque… ¿existe algo mejor que las siestas veraniegas?
Y si no queréis cocinar pero sí disfrutar de una buena digestión, ahí van dos estupendas recomendaciones:
BODEGA VINITO. En el actual centro de la modernidad esta bodega mantiene un interesante pie en el pasado. Muy buenos precios y muy buen ambiente. Genial a cualquier hora. Para disfrutar en la calle. C/ Parlament 27.
A CASA PORTUGUESA. Si sois unos enamorados de Portugal, ésta es una dirección imprescindible. El local es muy amplio y muy cuidado. Pero más allá del buen trato –que lo tiene- uno queda seducido con su vino verde, sus pasteles de Belém o su magnífico bacalao. C/ Aragó 111.
¡Sed muy Felices!
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Querido HKB en este post empatizo mas con Piticli que contigo ya que mi pareja también usa férula de descarga… es poco sexy la verdad, pero necesario…
En cuanto a los potingues a veces son imprescindibles para lucir bello….jeje. Un abrazo. 😉
Jajaja. En casa tenemos una de brackets y otra de férula. ¡Y muchas cremas! Y que dure. ¡BESOS ENORMES!
Dudo mucho que estés por volver al mercado, creo yo… se os ve muy bien… Anyway, también he notado que según vas cumpliendo años se hace necesario asegurarte que tengas una buena foto para el DNI y que los rituales pre-acostarse aparecen y conforme avanzan los años, duran más… ¿Por qué hay que aplicarse/ponerse/untarse/tomarse/lavarse/secarse TODO antes de irse a dormir? ¿No pueden inventar nada que se pueda aplicar a las doce del medio día, por ejemplo?
¡Una solución quiero!
¡Ay! ¡Qué bueno sería algo inmediato que evitase tanto ritual! ¡Tú sí que sabes! ¡BESOS!
¡Que casualidad! Vengo del balneario y me enfrento a tu post.
Admiro tu ingenio.
¡Ay! ¡Qué gran colega eres! Qué bien suena eso del balneario 😉