No es por llevar la contraria a Julio Iglesias (Dios me libre) pero por mucho que dijera “unos que vienen, otros que se van, la vida sigue igual” yo no estoy de acuerdo. Quizá él no vivió en una ciudad llena de turistas, ni en un edificio que alquila pisos a los mismos. Me paso el día sorteándolos en bici para ir a trabajar, esquivando a gente contentilla que vuelve de fiesta y rogando por la noche que no la monten en la finca.
Hace poco organizaron una sesión de DJ hasta las tres de la mañana del miércoles fabulosa (pinchadiscos profesional incluido). Sólo faltaba Paris Hilton con su cañón de espuma. De todos modos no son los únicos que entran y salen estos días. Trabajar en vacaciones hace que todo el tiempo andes despidiéntode de compañeros de trabajo y amigos que se van, y que al poco suben sus fotos envidiables estivales, mientras tú estás sacando la lengua en el trabajo.
Cada año pienso “por mucho que me apetezca coger vacaciones en septiembre, ¡la madre que me parió, quién me mandaría apuntarme para cubrir los servicios mínimos!”. Claro que como desde que tener trabajo es un privilegio, no me puedo quejar –pero sí morir en el intento-. Por cierto que la madre que me parió también vino el otro día a disfrutar de Barcelona antes de partir para tierras de Murcia.
Vino cargada de energía y de tuppers, y con alguna que otra recriminación. Encontró las juntas de las baldosas demasiado sucias (menos mal que no se fijó en las ventanas) y se mosqueó porque no había colgado en el blog sus últimas manualidades. Así que nos trajo las fotos para subsanar tamaño error. Ella partió para Murcia y de Murcia vinieron unos primos al día siguiente. Porque eso es lo bueno de vivir en Barcelona, siempre recala familia y amigos durante el verano para visitar la ciudad.
Como ya tenemos una fama, diseñamos dos itinerarios turísticos diferentes: Lady Laca haría Centro Comercial Las Arenas con su terraza – paseo – mirador + comida en restaurante panorámico + tarde en el MNAC (un museazo nunca suficientemente valorado con un fondo impresionante).
Para mis primos organizamos una ruta básica con tramos ampliables en función del tiempo y del cansancio. Como muchos de vosotros me pedís ejemplos, y ante la posibilidad de que debáis hacer de guías (o queráis ir vosotros mismos), os la dejo:
Inicio en El Molino. Con posibilidad de explorar el Poble Sec (pincheo por zonas de Vilà i Vilà , Blai o Plaza del Surtidor) o bien Parlament (cada vez más Barcebrooklyn). Nosotros esta vez optamos por Parlament, donde hay un montón de sitios para comer, hacer un vermú o incluso tomar la mejor horchata de la ciudad (en SIRVENT).
Bajar Ronda de Sant Pau hasta Calle Sant Pau. Pasar por la preciosa iglesia románica, seguir hasta la Plaza Salvador Seguí, contemplar la transformación del Raval y tomar algo si apetece. Subir Rambla del Raval y girar por Calle Hospital. Aquí disfrutar de la mezcla de culturas y de los Jardines del antiguo hospital (posibilidad de parada para tomar algo aquí también).
Ir hacia las Ramblas y Liceu. Fijaos enfrente en la casa con el dragón y subir por Cardenal Casañas para alcanzar y contemplar- Santa María del Pi. De ahí pasar a Carrer de la Palla o Banys Nous para adentrarse en el antiguo Barrio Judío (Call), cruzando tiendas que ocultan Baños (como en la planta baja del CAELUM), anticuarios… y terminar en la imprescindible Sant Felip Neri.
Desde ese punto se puede uno acercar a la zona trasera de la Catedral, para entrar en los patios de los distintos palacios o maravillarse ante los restos del Templo Romano (en Calle del Paradís).
Si uno baja hasta la Plaza de la Generalitat, bajo el famoso puente, siempre podrá tomar una auténtica merienda Siciliana en la Heladería de la Baixada de la Llibreteria, apreciando la antiquísima cerería antes de adentrarse en El Born.
El Born daría para todo un día, pero con todo lo caminado, lo mejor es bajar Argenteria, entrar (hay que entrar sí o sí) en Santa María del Mar, cruzar el Passeig del Born (subir Montcada hasta el Picasso o recorrer las callejuelas para sorprenderse ante las tiendas de los diseñadores dependerá de las energías) y maravillarse con la restauración del Mercado.
Si después de alucinar con las ruinas del barrio de 1714 todavía no habéis desfallecido, subir por Rec o Flassaders (os encantarán sus tiendas), cruzar Princesa, continuar por Allada Vermell y girar a la derecha para, desde Sant Agustí Vell (que ha quedado preciosa y donde se puede comer muy bien) iniciar el último tramo del recorrido.
Ya sea desde La Sèquia o Les Basses de Sant Pere (interesantes bares) superar Sant Pere Més Baix (fantásticos restaurantes, tiendas de libros y videotecas) para terminar descansando en las terrazas de la encantadora Plaça de Sant Pere (una de mis preferidas, sin duda), de la que no queda lejos El Palau de la Música.
Con esto habréis visto una más que buena representación de Ciutat Vella. Y si como en nuestro caso, vuestros familiares aún os dirigen la palabra, es que les gusta el arte y tienen buen aguante.
Disfrutad de la ciudad, del verano y… ¡Sed muy Felices!
¡Nos vemos en Instagram !
🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.
¿Tú haces rutas o entrenamientos militares? XD
GENIAL.
No vas mal desencaminado, no. ¡Me río yo de las rutas del colesterol! BESOS
Querido HKB:respecto a lo de las vacaciones te diré que quién ríe el último ríe mejor 🙂
Y con respecto a tu miniguia express te diré que me ha encantado . Tomo nota. Un abrazo
Ojalá podamos hacer esa ruta juntos. ¡Y pronto! ¡Besos, compañera!
No te voy a comentar nada. Me he quedado muda.
Jajaja. Qué crack eres.