Tengo jet lag laboral. Me lo ha dicho una compañera muy sabia, de ésas que podrían gobernar el mundo.
Por lo visto, tras un mes de vacaciones, mi mente y mi cuerpo no se acostumbran a la nueva situación. No tengo sueño a una hora prudente, no me despierto por la mañana, mi cerebro anda enlentecido power y lo que es peor: mis intestinos y mi estómago no se han coordinado aún ni con el menú ni con el WC de trabajo.
Yo le digo a mi ser: “levántate y curra”. Pero éste sólo responde: ¿“Ein”?
Hasta que ella me diagnosticó yo pensaba, simplemente, que las vacaciones me habían dejado “apollardao perdido”.
Para que os hagáis una idea: el primer día de trabajo no fui capaz de leer y responder los mails de forma fluida. Tuve que imprimirlos, leerlos detenidamente y responderlos más lentamente de lo que lo haría un simio en un laboratorio.
Ese día los pacientes debieron pensar que acababa de aterrizar de Jamaica.
Uno de mis jefes (tengo unos cuantos) me dijo que nunca me había visto tan “humano” y entonce no supe si entristecerme por el mercado laboral o alegrarme por si se trataba de un cumplido.
Mi compañera dice que no me preocupe, que no es grave, que poco a poco me iré readaptando. Pero que me haga a la idea de que con los años cuesta más. Y que me ponga contorno de ojos.
Ay, la edad. Toda mi vida idealizando los cuarenta y ahora que se acercan me dan más miedo que un telediario.
Menos mal que ando rodeado de ejemplos fabulosos. Como la Musa Hada, que ha llegado a dicha cifra en un en un estado y un momento vital impresionantes y montó un fiestón tremendo para celebrarlo.
Yo le agradezco que la temática del evento fuera el Cabaret, pues me dio la oportunidad de maquillarme lo ojos y disimular el jet lag.
Con lo que no contaba es con mi falta de productos desmaquillantes en casa. Durante dos día y medio he ido de Johnny Depp por la vida.
En fin, a ver si espabilo pronto, o me compro una peluca de Bob Marley en las rebajas.
Ya lo dice mi abuelo: “el que trabaja es porque no vale para otra cosa”.
¡Sed muy Felices!
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Los 40 son los nuevos 30, y lo sabes 😉
Yo creo que el jet lag es como las agujetas… Las agujetas desaparecen con más agujetas, pues el jet lag igual… así que ¡ya sabes! SI el corrector no te funciona siempre te quedará un poco más de vida noctura 🙂
¡Un besazo bombón!
¡Besos a ti! ¡Cuánto sabes! TE ADORO <3
Querido HKB: lo del jet lag laboral, deberías acuñarlo…jajaja me gusta…como no te veo es con peluca a lo Bob Marley, por muy de rebajas que sea…estropearía tu imagen de dandy…y con ello tus próximos impecables 40…
Un abrazo!
Te haré caso compañera, y olvidaré la peluca. Apostaré más por el aire Oscar Wilde, jaja. ¡BESOS ENORMES!
«De los cuarenta p`a riba no te mojes la barriga», decían el siglo
pasado, pero tu no hagas caso. Te lo digo yo: se termina una
época y empieza otra mejor. Un abrazo.
Gracias compañera. ¡Estoy seguro de que así será! ¡BESOS!
Te entiendo perfectamente pues mi cotidianeidad permanente es la del jet lag laboral diario (que buena definición).
Espero que esta semana la sensación sea distinta y consigas brillar como siempre.
Por la edad no te preocupes, disfruta de lo que aún queda de treintena que lo haya de llegar, llegará.
Ay, madre, esto de que pueda existir el Jet Lag Laboral Crónico es terrible. Como tú dices, mejor me enfoco en disfrutar de la treintena y ya está. Y luego a disfrutar de la cuarentena (uy, no, eso suena fatal).
¡Besos!