Ornitorrincólogos de la Universidad de San Pedro del Pinatar Distrito Federal han descubierto una nueva forma de amenaza: el Turista Terrorista, también denominado Festivus Bárbarus Máximus. Aunque parecería de la misma familia no debe de confundirse con el Viajerus Intrépidus.
El Festivus Bárbarus puede parecer muy mono, pero se trata de un primate peligroso y depredador del entorno.
Origen. Si bien hace años que se detecta su presencia, recientemente se ha avistado un número mayor de dichos animales. Se cree que suelen proceder del norte y noreste europeos, pero no se descartan otras procedencias conectadas con vuelos baratos y cruceros.
Hábitat. Destaca su predilección por las épocas cálidas y orígenes frescos. Al llegar al aeropuerto se desprenden de su ropa y, empíricamente contrastado, también de su cerebro. Los ornitorrincólogos sospechan que en sus países de origen no osarían comportarse como lo hacen en nuestro territorio.
Reproducción. Los últimos hallazgos han descubierto que tienden a reproducirse más que los roedores en un laboratorio. Asimismo, gustan de cópulas veraniegas intensivas sin fines reproductivos. Sus gritos de apareamiento son fácilmente reconocibles y molestos. En ocasiones dichos bramidos van acompañados de ritos de transición tales como despedidas de soltero cromañonas.
Amenazas. Se trata de una especie depredadora que desconoce funcionamiento de semáforos, carriles bici, pasos de cebra o incluso horarios de sueño y vigilia. Por lo tanto resultan no sólo una amenaza para el ecosistema natural sino también para los autóctonos. Se comenta que sólo se benefician de su presencia repartidores de flyers, propietarios de pisos turísticos y supermercados de horarios amplios y precios más amplios aún. Otro posible beneficiario es la marca Residual.
Características físicas. Su piel pasa del blanco al rojo intenso transitando por el rosa. Posteriormente mudan la piel. A nivel de vestimenta pueden oscilar entre la desnudez y el traje de explorador del Planeta Disney.
Otros comportamientos. Investigadores de campo sospechan que ingieren más alcohol que agua. Cantan terribles canciones sin importar la hora de la noche. Destrozan mobiliario urbano y privado. Pueden usar lycra y extrañas y diminutas trencitas en el cabello. Suelen ser objeto de robos. Pueden mostrar comportamientos altivos con las especies autóctonas. Se desconoce si la civilización ha dejado algún poso en sus frágiles mentes. En ocasiones han saltado balcones y acumulado más tóxicos que un contenedor de residuos químicos.
Creencias y supersticiones. Creen que la cena típica es paella precocinada y sangría falsa. También en la superioridad de su especie o que con su conducta ligan más.
Efectos en el medio. Por su parecido con el Viajerus Intrépidus e incluso con el Viajante Respetuosus muchas empresas prepararon nidos para que los Festivus Bárbarus habitaran durante los meses cálidos. Actualmente donde había nidos quedan brasas. Y se hace necesario reformular el panorama. Pues la coexistencia es desesperante y puede acabar con el tejido vecinal natural.
¡Venid Viajerus y Viajantes! ¡Adiós Festivus Bárbarus!
¡Sed muy Felices!
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Ni Félix Rodríguez de la Fuente podría haber hecho tan buen trabajo de campo. ¡Bravo! Y a ver si conseguimos que las autoridades implicadas logren un cambio en los patrones de migración del Festivus Barbarus…
¡Crucemos los dedos! ¡Que vengan viajeros! ¡Con mucha educación y dineros! 😛 Besos
Agustín, no se puede reflejar esa realidad con más ingenio y gracia. Un abrazo
Jajaja. ¡Eres un SOL !
Genial tu post, querido HKB!.
A la postre es lo que nuestros gobiernos quieren, vivir del consumo y del turismo al precio que sea…y al final, no hay límite y nos convertiremos en la cloaca de Europa.
Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras. Sí, nuestros gobernantes están por hacernos la vida mucho más fácil… ¡Besos!
Me he quedado sin palabras y creo que no es la primera vez.
Jajaja. Qué grandes comentarios los suyos compañera. ¡BESOS!