Sí, el verano es época de incendios. Pero no sólo en los bosques. Sin escuelas, sin rutinas, sin actividades lúdicas regladas, sin ocupaciones estables, muchas personas y sistemas familiares estallan.
Los servicios de urgencia, en verano, parecen la oficina de los Cazafantasmas en pleno Halloween. Y quienes nos quedamos sosteniendo las migajas del sistema, sudamos tinta. Afortunadamente se da una gran solidaridad entre compañeros y pese a que vamos a nuestros puestos sin apenas haber podido dormir por culpa de los turistas y sus fiestas en los pisos ilegales -a los que también sorteamos borrachos camino del trabajo-, aguantamos la jornada con aceptable entereza.
Trabajar en verano está penalizado (en general, y de los autónomos ya ni hablamos).
En otra vida debí de pasarme unos veranos a la bartola, rascándome la panza, con más dinero del que pudiera necesitar. Y por supuesto sin tener que trabajar. Porque en esta existencia disfruto del pluriempleo y sé lo que es trabajar en agosto. Claro está, el Cosmos quiere que expíe algo.
Hay lugares que nunca se paran, así caiga una nevada, llueva o sea verano. Aquí si llueve es un drama (si no también) y un colapso general, si nieva los únicos que trabajan son los reporteros de “La Nada en Directo” y en agosto se cierra el país. Científicos y notarios de yogures bífidus lo avalan, obviamente.
Todo funciona con servicios mínimos: medios de transporte, hospitales, empresas. Las escuelas, directamente, cierran. Y los que nos quedamos, sorteamos hordas de turistas, montamos en los pocos metros que circulan y vamos a nuestros puestos a apagar incendios. El país se aguanta con un clip y un post it como infrastructura.
Afortunadamente existe una recompensa: las vacaciones en septiembre. Esa gran opción por la que vale la pena esforzarse y aguantar carros y carretas.
Menos mal que ya empiezo a ver la luz al final del túnel. Y sólo le he pedido una cosa al Universo: que mi cuerpo aguante con salud. Me niego a ser uno de esos a los que les aflora toda la tensión acumulada en los periodos de descanso. ¡Ni hablar!
Bueno y también pido que me den hora en la peluquería antes de partir para los japonés. Tengo tal cara de trinchera que podrían confundirme con el guardián de la puerta de un templo.
Sea cual sea vuestra circunstancia… ¡Sed muy felices!
¡Nos vemos en Instagram !
🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.
Animo guapo!
Espero que disfrutes tanto de tus vacaciones como puedas, te las has ganado como nadie!
Un besote enorme!
pazhalabirodriguez.com ♡
Yo también. Y llegar en buena forma jaja. Gracias por tu apoyo siempre. Eres adorable.
Querido HKB: ya te queda poco…tienes toda la razón en lo de que parece que el país cierra en Agosto…sobre todo en los transportes, con lo fácil que es contratar más gente….
Bueno en Septiembre, te reirás de todo esto, mientras los demás curramos.
Un abrazo!
¡Ay! ¡Qué país! Ganas de verla (antes de reírme en septiembre de todo). ¡BESOS!
Muchos ánimos ya que no todo el mundo lo entiende. Los que cogen vacaciones en agosto se piensan que los que nos quedamos nos pasamos las horas mirándonos los pies. Sé de lo que hablas. A focalizarse en el Universo y las cercanas vacaciones. O lo que viene siendo, agarrarse a un clavo ardiendo para sobrevivir.
Di que sí. Mejor no se puede decir, jaja. ¡Besos! Usted sí me entiende.