El miedo es libre. Hay que vivir. Eso dicen tanto mi abuelo como sus amigos: \»La Resistencia\» de Cehegín, un precioso pueblo murciano que parece sacado del sureste de Sicilia.
Adolfo, Manuel y Pedro me hicieron un hueco en su banco (\»hacedle sitio, chicos, que éste es de los nuestros\», dijeron) y me contaron que a todos nos toca “un turno” en la vida, y que debemos aprovecharlo. “Lo que pasa es que a nosotros se nos ha pasado y ya no podemos morir hasta la siguiente tanda”.
Según Manuel, a los setenta, cuando estuvo muy enfermo, tenía que haber muerto, “pero me recuperé y ya no me he muerto más. Lo mismo que tu abuelo. Yo creo que a tu abuelo y a mí ya no nos toca hasta los cien”.
Puede que sea porque han sobrevivido a todo, o porque adoran vivir. “Tienes que vivir la vida conforme a tus creencias, sin pensar en lo que dirán los demás, sin hacer daño y sin rencor. Adaptarte, disfrutar todoterreno”.
Total, que yo me adapté y me dejé llevar como si me hubiera tocado el premio: “olvide la gran ciudad y viva la vida rural en directo”. Y me lo pasé en grande.
Han sido días de charlas; de paseos por callejuelas y huertas; de sortear tractores con el coche; de comer migas hasta reventar; de desgranar habas para plantar simiente; de asar panochas; de jugar interminables partidas nocturnas de dominó. De contemplar cielos apoteósicos sobre un barroco sencillo y de oler a pimentón y a flor blanca.
Hay lugares que son tan reales, tan llenos de contrastes (belleza y decadencia, ilusiones y desempleo, afecto y rencores) que te devuelven a ti.
Es difícil agradecer con palabras a mi abuelo y a mis tíos cómo me han tratado. Volví a mí y a Barcelona, y cambié la huerta por el asfalto lleno de vitalidad.
Nada más regresar, y con el sol del campo aún en la piel, pude poner en práctica el saber disfrutar todoterreno. En la misma semana me ofrecieron dar unas clases en la Universidad y me invitaron a la presentación del nuevo Proyecto de Gratacós (Premio Nacional de la Moda). ¿Negarse? ¡Ni hablar! ¡A por ello!
Qué placer. Sí, hay que vivir, disfrutar de todo y adaptarse. Aprovechar este turno que nos dan. Y agradecer.
El miedo es libre. Disfrutad todoterreno.
¡Sed muy felices!
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Me gusta. Disfrutar en la vida y con la vida es algo muy importante.
Yo todavía no te he visto contar una pena. Felicidades!
Es usted un amor. Disfrutemos.
Querido HKB: tu post desprende un cariño familiar adorable que contrasta con tus incursiones en las fiestas guapas cosmopolitas…
Un abrazo!
Jajaja, sí, llevo una vida un tanto esquizofrénica. ¡Un beso ENORME!
Parece un sitio muy interesante para descubrir, Cehegín. Especialmente si es rodeado de la «resistencia». XD
La «Resistencia» es lo más. Como esa zona de Murcia 🙂