Hay deportes de riesgo y actividades de peligro extremo. Y no, no hablo de escalar montañas, cenar con suegros ni de bajar por ríos enfurecidos. ¡Ja! No, yo hablo de algo peor.
Servidor, que sufre lipotimia en la montaña rusa, el mismo al que una vez tuvieron que atender por amenaza de desmayo tras montarse en la barca vikinga, cuyos pies se convierten en garras de águila (que arañan calcetín, zapatilla y hasta alfombrilla) como copiloto ante cualquier aceleración, o que se asusta simplemente por pasear de noche en lugares poco transitados, va a enfrentarse a una experiencia de lo más aterradora.
O sea, este asustadizo que aquí escribe y que en su día a día huye de cualquier riesgo, se va a Florencia.
No, no hablo del Síndrome de Stendhal, pues yo tengo singular afición y tolerancia a la belleza. Peor lo pasaría en Belfast. No, es que dos veces que he estado en Florencia, dos veces que he roto con mi pareja. Allí, directamente, a lo peli de Julia Roberts. Ok, hay quien lo vería como el viaje de liberación suprema, claro está. Pero no es mi caso actualmente –creo-.
La culpa la tienen, por este orden: una bruja, Room Mate y PITICLI.
Hace un tiempo, en una celebración Mexicana, se nos acercó una bruja y nos soltó: miren, tengo una visión, veo que ustedes tienen que ir a Florensia, lo presiento.
Y yo: PITICLI no ha estado, pero yo dos veces, y las dos acabé con drama conyugal nivel cúpula del Duomo.
Y la bruja: ándele, pues quién sabe güey (no, no dijo güey ni ándele, pero le da mexicanismo al diálogo), quisá sea algo que tienen que descubrir en la pinche siudá (no, no dijo pinche siudá pero también le da mexicanismo a la escena). Y ahí quedó la cosa.
En enero de este año me encontraba yo trabajando en el hotel Room Mate de Oviedo (en una novela, no a lo Pretty Woman), y como diariamente subo fotos de todo a instagram, pues subí una en la que se me veía trabajando en el texto en la habitación.
Ironías de la vida esta foto fue una de las ganadoras del premio “Alójese dos noches con dos desayunos en el hotel Room Mate del mundo que prefiera”. ¡No me lo podía creer! Y por más que propuse otras ciudades PITICLI insistía: ¿Por qué no vamos a Florencia?
La verdad es que era ciertamente tentador. Es como cuando te enfrentas a algo que te da miedo –tipo puenting para algunos, en mi caso simplemente una comida familiar– y lo superas. Encima nos han ofrecido una habitación increíble. Y la ciudad, verdaderamente, es una delicia.
Total, que vamos en unos días. ¿A la tercera va la vencida? ¿Volveremos juntos o separados? Ya os enteraréis.
Por cierto, no os he contado todo. La primera vez que un relato mío fue premiado económicamente fue tras la vuelta de un viaje florentino. El protagonista era la versión del David que se encuentra en la Piazza della Signoria, y el cuento que habla de lo que significa saberse una copia. Con el dinero invité a Lady Laca a un viaje estupendo a Roma.
Florencia me ha quitado mucho y me ha dado otro tanto. Veremos ahora.
¿Y vosotr@s, tenéis algún lugar gafado?
¡Sed muy Felices!
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Querido HKB: como sabes Florencia es una de mis debilidades y yo sí sufro el Sindrome de Stendhal…te cuesta respirar ante tanta belleza…el campanile del Duomo, el Ponte Vecchio…la pizza del puesto con vistas al Duomo…
Florencia no puede traerte nada malo, en las otras ocasiones lo que te pasó te hubiese ocurrido en cualquier otro lugar, fue casualidad…en mi Florencia no puede ocurrirte nada malo…
Un favor: respira por mí ante la vista del Ponte Vecchio…
Un abrazo!!
Qué curativas son tus palabras. Qué afortunados tus pacientes. Cuánta belleza en tu ser y estar. ¡Besos!
Lo que no mata, te hace más fuerte así que lo que no separa seguro que te une más. Sea como fuere, muero de impaciencia por conocer el resultado. ¿Acertará la bruja?
No creo tener un sitio gafado pero seguro que si lo tuviese sería un país sin cultura democrática ni respeto por los derechos humanos.
¡Disfrutad de Firenze!
Jajaja. Veo que ese país gafado del que hablas puede ser la maldición de muchos… ¡Besos!
No savía que Lewis se había atrevido a ponerle unos vaqueros al
David de Miguel Ángel, bello entre los bellos. Gracias
Eres un SOL 🙂
No estoy publicando comentarios demasiado rápido, como me ha dicho wordpress. Sólo quiero aclarar una errata.
Jajaja. Lo sé. WordPress nos sabotea.