El mundo actual se resume en dos temas: gatos y sostenes. Hablar de hijos y trabajo ya está demasiado trillado.
Conversar sobre tipos de sujetadores (o de \»sujetador-sí / sujetador-no\») o peripecias gatunas da mucho más juego.
Los gatos nos invaden. Y no sólo en vídeos de internet.
La Musa de la Imprenta ha adoptado a “Croqueta”, que es la vergüenza de su especie: es simpatiquísimo, se te sube encima continuamente, te busca, te trae la pelota… le falta ladrar.
Un elegante oso gris (porque aquello no puede ser un felino) ha adoptado a la Musa Mexicana. Todos estamos convencidos de que no es al revés. Se llama Falstaff y en ocasiones se digna a mirarnos.
La Musa Gótica tiene a “Cala” y “Vera”, que son traviesas y tienen fijación por los juguetes eróticos y los utensilios de tortura escondidos en los armarios. Claro, las criaturas, lo que ven en casa.
La Musa Escritora forma un pintoresco pack junto a\» Cacharel Dori\» (la gata ya venía con el nombre puesto), hermana de Calvin Klein Brad (que fue acogido por otra persona). Su peculiaridad: es rusa.
Y la señora de la limpieza, que comparte origen con la gata, anda preocupada porque según ella “la gata está perdiendo el idioma”. De modo que: 1. No para de hablarle en ruso. 2. Insiste a la Musa para que también lo haga y le apunta expresiones.
Pero no sólo el mundo no parara de adoptar gatos, nosotros también estamos adoptando sus costumbres. Sí, por la noche todos somos pardos, pero por el día nos relacionamos cada vez más “a ratitos” y por interés. Que sí, que andamos un tanto esquivos, egocéntricos y felinos.
Buscamos al otro sobre todo cuando necesitamos ayuda o sostén. Pero curiosamente, como dicen las Musas, el sostén es lo primero que te quitas en cuanto puedes. ¿Lo que sujeta también cansa? Al menos en materia del do de pecho sí.
Y hablando de do de pecho, la otra noche fuimos al Liceu y… ¿con quién me reencuentro allí? Con un ex compañero de juergas crápulas, nocturnas y juveniles. Del after al Liceu, cuánta dignidad aportan los años. Y cuánta elegancia. Me engatusó para que fuera a conocer su nuevo restaurante. Y desde luego le iré a dar apoyo. Y sostén.
Porque los gatos puede que tengan siete vidas, pero nosotros, por mucho que les imitemos, contamos con una. Y es en ésta en la que debemos apoyarnos. Y en la que debemos preguntarnos qué podemos aportar a la humanidad.
Lo digo por lo sucedido en Beirut, en Siria, en Kenia… o en París. Aún me emociona recordar la iniciativa “Puerta Abierta” o las colas de donantes de sangre.
Ojalá pronto nos inunde la democracia, la ciencia y el bienestar. Y encontremos un sostén que no sea la esperanza de un más allá, sino la felicidad de un justo acá.
¡Sed muy Felices aquí y ahora!
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Sí. Nos hace falta mucha democracia para sobrevivir ante tanta sinrazón que nos rodea. Estoy contigo.
Me gusta que pensemos igual. Que se expanda nuestra visión, y la democracia. ¡Besos!
Según anda los tiempos, los gatetes parecen mucho más humanos que el homo sapiens, que parezca que de sapiens no le quede nada… una pena, oiga.
Me quedo con su frase: «Y encontremos un sostén que no sea la esperanza de un más allá, sino la felicidad de un justo acá.»
¡Debería ser un mantra que se estudiase en la escuela!
Gracias por tus palabras y apoyo. ¡Estoy hecho un Mantra! ¡Besos enormes!
Y es que Agustín que haríamos sin nuestros gatunos compañeros y la envidia de sus vidas sostenidas por el beneplácito de nuestro apoyo. Feliz finde y a vivir que los días corren.
Fita y sus 40 en boga.
Feliz fin de semana. Veo que estás muy bien arropada 🙂 ¡Besos!
Querido HKB: me encantan los gatos y los sostenes con aro, al contrario de todo lo que está sucediendo, que es terrible y así el gato seguirá triste y azul… 🙁
Tristes y azules estamos. Pero nos tenemos los unos a los otros.