Si pudiera ser cualquier personaje de cuento lo tengo claro: la Bella Durmiente. Josú, qué gustito. Además a la muchacha, pese a lo mal que le debía de oler el aliento, la despiertan de uno de los mejores modos posibles (otra buena forma sería regalándote un millón de dólares, claro). Así le quedó el cutis a la chiquilla.
Estoy en un punto de mi vida en el que si me llevan al 1,2,3 no me pido ni el apartamento ni el coche, me pido dormir.
Hay quien planifica sus semanas con objetivos y reuniones, servidor mira el calendario y va pensando de los siguientes quince días cuándo podrá echar una siestecilla o qué mañana no hará falta el despertador. Lo sé, y eso que no soy padre, pero voy arrastrado siempre.
Desde aquí mi más sincero abrazo para todos los padres y cuidadores para los que el sueño reparador es algo más irreal que toparse con un unicornio.
Muchos me preguntáis: ¿cómo te las ingenias para hacer tantas cosas? Fácil, mirad mis ojeras. Que no, que uno ya no se recupera –ni regenera- igual.
Sabe que estás ya muy Mallorca cuando se aproxima el fin de semana y no anhelas salir por la noche, sino que te emocionas pensando que podrás aprovechar para dormir. No yacer, dormir.
Efectivamente, si en esas condiciones me abalanzo entusiasmado hacia el lecho, que no se me malinterprete, y mejor que no se me busque para la sensualidad, que me broto. Recomiendo aplazar las solicitudes hasta el mediodía siguiente.
Admiro a mi compañero bailongo, que da igual la hora de la madrugada que sea o el sueño profundo en el que se halle, es todo un caballero que jamás tiene un no por respuesta y si le buscan siempre le encuentran. Mi héroe.
Ay dormir, qué infravalorado está. Todo el mundo defiende que hagas mil cosas, que exprimas tu vida, que te forres a selfies, que seas creativo, que acudas a eventos, que te entregues a la pasión. ¿Y dormir no es provechoso? Ya no digamos soñar.
Pues yo si no duermo me pongo como las cabras. Y por desgracia no me pasa como a la Musa 100, que la decadencia le sienta fenomenal, a mí se me pone aura de zombie y empiezo a responder a la gente como si me hubieran dado la carrera en el Sálvame, dubitativo e histriónico.
La Musa Mexicana sólo necesita dormir unas cuatro horas, la Jones, por su lado, padece insomnio, y ambas tienen como efecto colateral ser más productivas. Qué envidia.
Yo ya no soy ave nocturna ni rapaz mañanera, sino oso en busca de cueva. Melatonina para everybody y que produzca el que pueda.
Soñemos, que falta nos hace.
¡Sed muy Felices!
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Querido HKB: hay que dormir más para vivir más y soñar mejor…aunque tú estás bello siempre aunque duermas poco, ya lo harás cuando seas viejecito..
Un abrazo.
A este paso no llego a viejo, jaja. Eres un SOL.
¡Cómo te entiendo! Ahora mismo me echaría a dormir…
Mal de muchos, consuelo de insomnes. ¡Durmamos! ¡Y disfrutemos!
Yo estoy contigo en que si durmiéramos algo más, otro gallo nos cantaría algunas mañanas. está claro que cada uno tenemos nuestro número de horas de sueño necesarias, lo que para uno es poco,para otro es muchísimo, y lo que a uno le da para ser productivo a otro le da para estar zombi.
Totalmente de acuerdo. En mi caso yo soy de dormir. Y de soñar 🙂 ¡Besos!
Durmiente… no sé, pero bello sí. Tú eres bello.
¡Oh! ¡Qué SOL eres! <3
Durmiente, no sé, pero bello… sí.