Feos, Rizos y Terror

 

Los feos son mejores amantes. Vamos, que se lo curran más en la cama. Los guapos están demasiado ocupados en posturitas favorecedoras o en que los idolatres. No, los mejores polvos no son con los tíos buenos.

Eso afirmaban discutían unas compañeras de trabajo mientras yo me miraba al espejo y pensaba: hoy podría ser el campeón del colchón. La clave: llevaba unos pelos equiparables a una obra de arte contemporáneo titulada “Estropajo Sideral II”. La Musa Jones le puso otro título pero aquí no lo puedo decir.

 

Dios mío, ¡en breve tenía comida pre boda con la familia política y yo con esos pelos! La Crisis Psico Estética (así lo denomina la Musa Doctora) se hacía cada vez más grave y tuve que pedir una hora urgente con la única persona que podía hacer algo: mi estilista.

Bueno, en realidad fueron dos citas. Hasta dar con el corte de pelo correcto. Rizos fuera, vuelta a lo seguro. Ahora es a PITICLI a quien no le convence, pero ya crecerá (el pelo).

 

Otros dilemas de la semana: cómo reducir la ingesta de chocolate. Alucinaríais con todo el que tomo a la semana. Se me está yendo de las mollas granos manos. Yo soy consciente de que es un acto tan compensatorio del estrés como las compras (que también me está pasando factura, nunca mejor dicho), pero he de hacer algo.

Y volver a fumar no es una opción. En todo caso, retomar el yoga. Calmar la mente, no dejarse llevar al borde del ataque de nervios. Especialmente cuando te piden que des una charla sobre… ¿moda? No, los intentos de suicidio. ¡Madre de Dios, qué se pone uno para dar una conferencia sobre el suicidio!

 

Lo bueno es que es después de Semana Santa y ya habremos pasado la penitencia y estaremos en periodo de resurrección.

Ay, la religión. Aunque de pequeño me encantaban los superhéroes (devoraba cómics de Superman y la Patrulla X) no sé por qué nunca me atrajeron los superpoderes de Santos y Profetas.

 

No, aunque comprendo la dimensión espiritual del ser humano, no estoy muy a favor de la religión, y eso que a Santa Rita le fui a poner una vela por consejo de mis tíos.

De hecho, si uno profundiza, da la impresión de que muchos mandamases tienen un único Dios con dos caras: el dinero/ poder y la codicia. Por mucho que lo vistan de otra cosa.

 

Sí, sí, los profetas podían divulgar el amor y la solidaridad, pero el resultado siempre tiende a ser el control social, un sistema de castas y el uso del terror. En el nombre de Dios, cuánto daño se ha hecho.

Y mientras daba vueltas a todo esto sucedió lo terrible: a la par que contemplábamos el trato inhumano a los refugiados se llevaron a cabo unos ataques abominables en Bruselas.

 

Bruselas para mí ha tenido siempre un lugar especial. Con su fealdad y su belleza mezcladas, con su encanto particular. Con su  encantadora gente. Adictiva. Una de las bodas más emotivas a las que he acudido jamás fue allí.

Recuerdo aún las palabras del padre del novio: cómo se nota la formación católica de los españoles, cuán presente tenéis siempre la culpa. La culpa busca perdón o expiación, cuando de lo que se trataría es de responsabilidad y reparación.

 

No sé cómo se reparará todo lo que estamos viendo cómplices o actuando. Pero tenemos una responsabilidad. Y el deber humano de la reparación.

¡Sed Solidarios, Responsables y Felices!

 

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