El cuento de la felicidad

\"Aunque

 

Yo quiero vivir del cuento. Qué te haría feliz, me preguntaron en una meditación. Y yo respondí: ¿a mí? ¡Vivir del cuento! Pero que no se me malinterprete: del que yo escriba.

Llevo una temporada en que hago tanta meditación que cualquier día salgo levitando junto a Richard Gere. No sé si no debería echarme, por aquello del vértigo, unas piedras en los bolsillos (que no en el camino).

\"Pepita

 

Pero bueno, que quien dice cuentos dice también novelas, pues acabo de terminar el borrador de la quinta (ésta debe de ser la baja más aprovechada literariamente de la historia) y tiene muy buena pinta: me ha salido erótica y de suspense, y por los sondeos que voy haciendo a la gente le gusta la temática del tomate on fire.

Aproveché y les pregunté a algunas Musas qué les hacía felices a ellas, y curiosamente andan más terrenales de lo que imaginaba.

\"A

 

Una me soltó que para ella la felicidad era un bidé. Que nada como los baños de asiento. Y que para su nueva casa lo tenía claro: ¡el bidé era una prioridad!

Como hace veinte años que yo no tengo uno no me había percatado del vacío y la tristeza que me suponía. Pero tomo nota, que igual me funciona más que meditar (o puedo meditar en él).

\"Manuelita

 

La Musa Bruja lo tenía claro: un Leroy Merlin. Para los S/M un macro centro de bricolaje es como el Toys “R” us –o Disneylandia- para los peques: un mundo de diversión inacabable. Que si por qué no probamos un serrucho, que si ahora un alambre de espino… Se le ponían unos ojos más tiernos al relatarlo que a Candy Candy. Cualquiera diría que iba a por algodón de azúcar.

Luego tiene guasa: se le estropea el calentador y no tolera el agua fría de la ducha. ¡Ni los tacones! Ella dice que eso sí es un suplicio.

\"Aunque

 

Qué ironía. Para otra Musa la felicidad es subirse a sus tacones. Que antes en silla de ruedas que sin ellos, dice. Yo, por si acaso, no opiné nada.

Justo andaba dándole vueltas al asunto cuando me llamó mi madre, que tampoco camina plana ni en defensa propia. ¡Ay hijo, necesito hablar! ¡Requiero de tu ayuda! ¡Mi usuario de whatsapp está mal! ¡Sale algo que no quiero! Sí, desde que tiene internet soy su servicio técnico oficial habitual.

\"Antonella

 

Tras darle las indicaciones oportunas, a distancia logró modificar su usuario. ¡Fue una escena digna de Misión Imposible a la española! Y cuando le iba a preguntar qué le hacía feliz a ella me soltó: ¡bueno, y ahora te dejo, ya no te molesto más! ¡Que llego tarde a clase y a los ensayos del coro!

Pero me quedó claro: a ella lo que le hace feliz es vivir.

¿Y a vosotr@s?

\"El

 

¡Sed muy Felices!

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4 comentarios en “El cuento de la felicidad”

    1. Agustín Kong

      Pues deseo que puedas disfrutar mucho de ese lujo. ¡Gracias por usar tu tiempo para dejar tu comentario! ¡Besos!

  1. María Cortés

    Querido HKB: lo de vivir del autocuento es el sueño de casi todos los que nos gusta escribir!! para mí no…a mí me hacen feliz muchas cosas no sólo una, pero vamos que si tengo que elegir una chaqueta Chanel rosa, jajajaja.
    Un abrazo!!

    1. Agustín Kong

      Jajaja. Nunca hubiera dicho que te apetecía una chaqueta Chanel rosa. ¡Pues voy a visualizarla para ti! Besos enormes 🙂

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