Felicidades a las malas madres.
A aquellas que no se avergüenzan al decir “de haberlo sabido, no me meto” pero quieren a sus pequeñxs. También a las que cuentan sin pudor \»hubiera agradecido que alguien me dijera la verdad sobre la maternidad\» o “con lo que pasé, unx y no más”.
A aquellas que están deseando recuperar sus vidas y sus carreras aparte de la maternidad. A las que disfrutan de otras facetas.
A las que te piden hablar de otros temas que no sean sus hijxs ni te muestran más fotos de las necesarias.
También felicidades a aquellas mujeres que decidieron no ser madres y defienden esa opción aún tan mal vista, porque eso no les resta calidad personal, me atrevería a decir que su honestidad se la suma.
Felicidades asimismo a aquellxs que fueron hijxs no de malas madres sino de madres malas –y de padres malos, pero de los de verdad, que también los hay, y bastantes– y se sobrepusieron a una infancia difícil en este escenario que tanto ensalza la familia y celebra traer niños al mundo sin pensar.
Felicidades a quienes superaron rencores como pudieron y se propusieron firmemente no repetir un modelo familiar disfuncional. A lxs que decidieron conscientemente traer hijos al mundo con la responsabilidad que conlleva, sabiendo que iba a ser duro y que su labor sería acompañar consistentemente, ofrecer espacios de confianza y seguridad, de amor incondicional.
Pero por las fechas que son vuelvo adonde empecé y felicito, sobre todo, a las malas madres.
¡Sed muy felices!
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Amén!
Y lo que te queda aún por escuchar amore!
Jajaja. Seguro que sí 😛
Querido HKB: me siento muy aludida. Yo he sido mala madre… pero con mucho amor!!!
Un abrazo
¡Por eso me gustas tanto! ¡Besos enormes!
Creo que las malas madres hacen los mejores hijos, sin duda.
Probablemente tengas toda la razón 🙂 ¡Besos!