Presentar en Lanzarote

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Llegué a Lanzarote por primera vez un 24 de diciembre, hace años, huyendo de la Navidad. O, mejor dicho, de mi Navidad.

Recuerdo bajar del avión al mediodía y notar su sol en mi piel, a la vez que respiraba ese aire seco y particular. Subir al coche, alucinar con los volcanes y, sobre todo, con la Geria, esos viñedos milagrosos que consiguieron, con todo en contra, producir el mejor fruto. Yo también huía con mucho en contra.

Nos instalamos en el apartamento y alguien nos dijo: ¿irán al Rancho de Pascua en Teguise? Lo cierto es que no teníamos plan alguno y cualquiera era bueno.  A las 22.30h, mi niño.

Cenar pronto para acercarse hasta una misteriosa población por descubrir fue el mejor antídoto para no pensar en lo que estaría haciendo mucha gente en la península: cenar con su familia.

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Llegamos a Teguise. Para quienes no la conocen sólo puedo decir: id. Es un conjunto arquitectónico maravilloso.

La iglesia principal estaba abierta, la gente iba llegando y entrando, y allí nos unimos PITICLI y yo. Una escenificación del nacimiento de Jesús a modo de teatro en el que todo el pueblo parecía implicado dio paso al Rancho: un grupo de hombres que cantaban y tocaban instrumentos con energía, mientras bailaban hacia delante… y hacia atrás. Qué sensación verles avanzar de espaldas, sin dejar de cantar o tocar, dejar la iglesia, rodear la plaza y volver a entrar.

Al acabar, todo el mundo salió a tomar algo a la plaza (y al Acatife, el bar de la misma) a charlar. La noche era clara, fresca pero no fría (al menos para los peninsulares). Una señora se me acercó y me dijo: ¿ustedes son nuevos, verdad? ¿Les ha gustado? Le dije que mucho y ella debió de entrever mi situación en los ojos. Miren, hoy en día, en todas las familias hay separaciones, ausencias…que se notan aún más en estas fechas, y no hay mejor plan para el 24 que cenar deprisa y prontito y venir a ver a la gente participar en la obra y el Rancho y luego tomarse unas copitas en el Acatife, ¿verdad? Vengan otro año.  

Desde entonces han sido unos cuantos Ranchos y otros tantos días de Navidad en la Playa de Papagayo, en Playa Quemada o entrando al Volcán del Cuervo.

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La diferencia entre la primera vez y ahora es que antes no conocíamos a nadie y actualmente tenemos a una pequeña familia en la isla, con la que intentamos pasar todo el tiempo que podemos.

En Lanzarote he escrito y reescrito novelas. Me he emocionado con Saramago y Manrique, y me reconectado conmigo mismo. Pero sobre todo he tenido el privilegio de recibir las historias y el afecto de sus habitantes, entre malvasía volcánica y escaldón con gofio.

Lanzarote tiene un papel fundamental en Barceloba, y por eso mismo no podéis imaginar la ilusión que me hace presentar mi novela y ofrecer una charla sobre influencers allí, en Teguise, en su Biblioteca Municipal, a escasos metros de la plaza que me refugió en Nochebuena. Os espero el 15 de junio a las 20h. A todxs, conocidxs y futurxs conocidxs.

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¡Sed muy Felices!

Seguimos en contacto vía Instagram (@agustinkongPero si me veis en el mundo físico… ¡saludadme!

🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.

 

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4 comentarios en “Presentar en Lanzarote”

  1. María Cortés bitacoracardiosaludable

    Querido HKB:me encanta el sentimiento que desprenden tus palabras. Preciosa la celebración de Nochebuena. Algún día iré, huyendo de mi Navidad!
    Mientras tanto te deseo que salga todo bien y que disfrutéis mucho!!
    Un gran abrazo!!

    1. Agustín Kong

      Muchísimas gracias. El destino quiso que posteriormente pudiera celebrar las Nochebuenas en Asturias, rodeado de familia, y que Lanzarote ocupe el lugar de los Reyes Magos, lo cual tampoco está nada mal. ¡Muchas gracias por tus deseos! ¡Besos!

  2. Under The Telluric Spell

    Cho, Lanzarote es energía telúrica en estado puro, como tus escritos. ¡Combinación ganadora!

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