Soy hijo de Influencer

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Me gusta más una cámara de fotos que un trozo de pan, me soltó mi madre, durante una sesión fotográfica que improvisamos en el minipiso.

Esta afirmación, totalmente contemporánea, pues el pan está demonizado y las fotos son la nueva religión, nos muestra cuán pionera es Lady Laca, pues ya decía esto cuando yo era pequeño.

Con esto quiero haceros una confesión… sí amigxs, mi nombre es Agustín y soy hijo de Influencer.

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Por ello entiendo perfectamente a lxs hijxs de mis conocidxs instagramers y me solidarizo con su situación. Me río yo con lo de ser vástagx de folclórica… ¡de influencer es mucho peor!

¿Por qué?

Porque el foco siempre ha de ser para tu progenitor/a, incluso en aquellas situaciones o imágenes en las que aparentemente eres tú la persona importante de la escena.

Efectivamente, tú eres una prolongación y complemento suyx.

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Lxs hijxs de instagramers históricxs, además, tenemos agravantes. Si ahora han de saber poner morritos, posar con modelitos, junto a productos o en parques de atracciones, en nuestra época teníamos que ser capaces de aparentar cariño absoluto ante una tía lejana que no conocías y te pellizcaba o pasión contenida en un falso campo de espigas, a la par que sostenías una paloma disecada (ambas imágenes fueron estampas reales de mi comunión).

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También debíamos fingir ilusión cuando te regalaban… ¡un pollito vivo! o sonreír mirando al objetivo pese a que te plantaran unas gafas que hoy serían de diseñador gráfico pero en aquella época eran carne de acoso. De los jerséis que nos ponían ni hablamos.

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Otros retos: cuando tu madre es influencer has de aceptar que mucha gente se te acerca sólo para conseguir estar más próximx a ella. Así, hace poco, tanto en un evento en la SOHO House, como en una entrevista con un periodista muy majo, la primera pregunta fue: ¿tu madre no ha venido?

Pero tienes que comprenderlo. Ella posee el poder de prescripción real. Una por influencer y dos por madre, situación que lleva implícita una categoría de recomendación incontestable: porque yo lo digo. Y ese poder es atractivo.

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Ser hijx de influencer, como veis, es siempre una lección de humildad. Y también un curso entero de fotografía (obviamente para aprender a salir bien tú pero sobre todo para sacar bien a tu progenitora). Dichos conocimientos, todo hay que decirlo, son de lo más útil en el mundo actual, en el que hay más reinas que coronas y en el que todo el mundo desea salir favorecido.

Así, ser hijx de influencer es un poco asumir que siempre serás Charles de Inglaterra, impecable pero sin trono y con una madre manejando tu agenda.

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Pero también tiene sus ventajas, porque mira, te despreocupas.

Todo esto lo hablaba yo con Lady Laca el pasado sábado cuando entre fotos, instastories, tuppers, looks, respuestas a sus seguidores y demás me di cuenta de que en realidad también era nieto de influencer. Mi abuelo, que el lunes hubiera cumplido años, ya lo era, y muy grande.

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Y de repente pensé en la suerte de que haya influencers abuelxs y madres, y que merecen mucho más espacio y escucha.

Brindo por los espacios para lxs influencers reales, y porque lxs influencers lo sean. Reales.

¡Sed muy Felices!

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6 comentarios en “Soy hijo de Influencer”

  1. María Cortés Bitácoracardiosaludable

    Querido HKB: hacéis un precioso equipo de influencers.
    Yo también tuve un pollito y al crecer pasaban al gallinero a poner huevos…
    Un abrazo!

  2. Under The Mother Of The Lamb

    Muy grande esa tremenda influencer. Pero ya lo dicen, de tal palo tal influencia… Al mismo tiempo, bonito recuerdo para tu abuelo.

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