A mí, que nunca me gustaron los parques de atracciones, me están costando estos días de confinamiento, que son una montaña rusa emocional. Y supongo que a ti también.
Subidas, bajadas, acelerones, frenazos. Empujado por el ritmo habitual que llevábamos hasta hace poco he consumido y generado un montón de contenido: gimnasia, recetas, memes, series, directos… y con ese abuso he llegado a estar más conectado con lo de fuera que con lo de dentro.
Como frenar en seco no es bueno -ni siquiera cuando tienes airbag– supongo que lo saludable será ralentizar de forma gradual. Espero que llegue el momento en que procrastine y haga una siesta sin culpa y sin móvil. Como mucho, con un libro cerca.
En mitad de este reajuste pienso en la particularidad de que muchas de nuestras relaciones ahora se están realizando por herramientas, como instagram, habitualmente destinadas al auto bombo. ¿Y qué pasa con nuestro narcisismo, acostumbrado a un telemarketing frenético? Pues que se resiste a ceder.
Por eso nos estamos encontrando con influencers que se desenmascaran haciéndose fotos gratuitas con mascarillas, o quejándose de confinamientos en casas enormes con piscina o terraza. Muchos metros y poca empatía.
Neus Arqués, a quien admiro, dio una charla online recientemente sobre “nuestra marca personal” que devoré, y recomendaba, en estos tiempos de duelo en el que todo el mundo ha perdido algo (capacidad económica, libertad, salud, seres queridos…) que redefiniésemos esa marca propia partiendo de: “en qué puedo ser útil yo ahora”. Ésas son, para mí, acciones e influencers que inspiran.
Hay personas que nos están entreteniendo, otras que están sosteniendo un sistema sociosanitario y educativo vulnerable. Piensa qué puedes hacer tú, así sea quedándote en casa o mostrando, sin tabús, que no se puede estar feliz todo el rato pero que hay que intentar no quedarse atascado en la queja o el dolor. Que se pueden encontrar momentos para sonreír en la tormenta (pero que no niegas la tormenta).
Cuando todo esto pase espero que el planeta nos encuentre más sabixs. Pero sobre todo, antes, espero que hayamos podido encontrar la forma de conectar más con nuestro interior, aislándonos de tanto ruido externo, y dar con la mejor versión de nosotrxs.
Eso será lo mejor que podamos aportar a la comunidad.
Gracias a todas las personas que nos inspiran, que nos ayudan, que nos transiten calma. Que nos salvan.
Un abrazo virtual enorme. Resistid y sed Felices.
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Coincido contigo en lo necesario de conectar hacia dentro; tantos directos, tantos consejos, tantos vídeos, tantas conferencias… me parece una huida hacia adelante que cuanto más acelerada sea antes nos propulsará al desastre. Un poco de calma, de reconocerse y luego en vez de huir, caminos hacia adelante.
Creo que en vez de mi post debería poner tu párrafo. Mejor resumido, imposible. ¡Un súper abrazo!
Querido HKB: la introspección siempre es buena. Todo esto pasará, espero, yo soy optimista, pero en lo que no lo soy es en que nuestra sociedad cambie y mire hacia adentro, viendo cuales son sus necesidades reales: la ciencia, la salud, las relaciones sociales, la empatía, la solidaridad que no la caridad…
Os mando un abrazo a los dos, esperando que todo esto pase pronto…
Tenemos otra cosa en común: tampoco me gustan los parques de atracciones…
Un fuerte abrazo!!!
Gracias por tu comentario, por esa conexión y por tu labor. ¡Un besazo!