Un puente. Volvía al trabajo tras el último puente y pensaba que no había mejor ídem que una sonrisa, pero que esta pandemia nos ha privado de muchas de éstas (ocultas bajo una mascarilla o bajo la incertidumbre), como de tantas cosas. Con lo importante que es tender conexiones entre las personas, conocidas y desconocidas.
¿Y cómo hacerlo ahora? Con una mirada empática, con una palabra amable, con una actitud o un gesto de ayuda, pese a la distancia impuesta.
Antes del virus yo iba dando y recetando abrazos sin parar, y en el trabajo terminaba abrazando a jóvenes y mayores, víctimas y victimarios. Siendo honesto, hubo días en que no pude aportar otra cosa, ni hubo nada que resultara más útil, porque un abrazo en el momento oportuno -como una sonrisa sincera- derriba muros y acorta distancias.
Distancias como las que este año hemos tenido que aprender a sobrellevar por la imposibilidad de viajar, de estar cerca de los paisajes o de las personas que queremos, mediante videollamadas, mensajes varios e incluso volviendo a enviar postales. Todo para dejar claro que no estamos ahí pero sí estamos ahí. Que nuestro ser y querer están.
Si 2020 nos ha obligado a dejar a un lado algunas de las cosas que más nos gustaban es nuestra obligación no olvidarlas ni tirarlas, sino ponerlas en la nevera para que no se estropeen y se conserven, a la espera de que en 2021 las podamos sacar bien frescas e inalteradas.
Que 2021 nos regale el recoger viajes, besos y abrazos. Y que nos traiga mucho bueno.
Estas Navidades muchas personas no podrán estar con quienes quisieran, y otras se verán obligadas a convivir con quienes no desean. A todo el mundo: querámonos, cuidémonos y guardemos el amor como un tesoro.
Un abrazo enorme, sois seres maravillosos. Fuerza que ya cava 2020.
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¡Cava! ¡Cava! ¡Cava! Y más cava aún para limpiar los chorretones del 2,020 y que el 2.021 entre reluciente como una burbuja de Fre¡*3n3t
Brindo por ello. ¡Besos!
Querido HKB: espero que cuando acabe 2020 comience el final de esta pesadilla para volver a hacer nuestra vida normal y con ello sobre todo, poder volver a viajar, que es una de las cosas que más me apetece…
Espero que tu recuperación ya sea completa y que 2021 sea el año de compartir unas patatonas con romescu!
Un abrazo!!
Adorada María, brindo por esos deseos de viaje, reencuentros y patatas con romesco. ¡Qué ganas!
Un besazo.