Últimamente he tenido el privilegio de hablar por mí y por otras personas en campos de estrellas.
He tenido ese privilegio y esa responsabilidad, pues aún cuando nos piden la opinión –y los seres humanos tendemos a soltar nuestra visión sobre cualquier asunto sin que nadie nos pregunte, y sin que a nadie le importe- olvidamos que somos responsables de nuestras palabras. De lo afiladas, dulces, rasposas o curativas que sean.
Las palabras tienen peso, gusto y tamaño. Y todas deberían indicar el origen de quien las empleó, por aquello de saber a quién dirigir el agradecimiento o la responsabilidad.
Por eso cada vez que he hablado he intentado ser consciente de aquello que contaba, y cuando me han señalado la herida he entendido y reparado. Especialmente porque siempre he hablado a favor de las minorías.
Hablar en público es el segundo mayor miedo del ser humano y últimamente más, pues sentimos que nos hemos adentrado en una nueva edad oscura, en un campo minado, en una noche que no deseábamos.
Pero hablando en Santiago de Compostela entendí que siempre, en todas las ocasiones, había estado comunicando en noches estrelladas.
Porque allá donde iba y allá donde me encuentro hay gente luminosa. Mujeres que insisten en promover la educación sexual y el buen trato en la infancia incluso en territorios hostiles. Mujeres que buscan la mejor manera de atender a víctimas de violencia, pero también a victimarios. Hombres que habían logrado humanizar los espacios donde se ha de impartir justicia. Docentes que insisten en crear espacios seguros. Activistas que abren caminos en el hielo y en el fuego. Y muchos ejemplos más.
En Santiago entendí que en la noche idolatramos la luna, pero en realidad son las estrellas quienes nos guían para encontrar el buen camino hasta el amanecer. Y las estrellas están ahí, aunque a veces no las veamos.
Gracias a todas las personas que me han dado el privilegio de hablar estos días y a toda la gente que nos ilumina en esta noche inesperada.
Un abrazo enorme.
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Seguro que eres un orador sin parangón. Escucharte/leerte es siempre un gozo.
Mil gracias. Lo cierto es que me apasiona 🙂
Gracias a ti por cuidar de tantas estrellas, muchas de ellas incapaces de darse cuenta de la luz que llevan dentro.
Gracias a ti, a vosotras, por la luz <3
Simplement genial . sobran les paraules
Mil gràcies. Per tants motius <3
Tú si que eres una persona luminosa.
Gracias por todas tus aportaciones.
Un abrazo.
Gracias a ti por tus gestos y palabras siempre. Un besazo.