Ya he decidido qué quiero hacer: menos. Sí, sí, menos. Muy poco. Y no siempre es fácil -como imaginarás- pese a que yo tengo el privilegio de no tener a nadie bajo mi cuidado.
Estoy intentando seguir el ejemplo de esa gente que sabe que “menos es más” y que ha logrado hacer de su no hacer un arte. Aquí quizá deba aclarar que no se trata de desatender el trabajo, pero sí de quitarse la necesidad de “aprovechar y sacar partido” a mi tiempo libre. Que digo yo que si es libre es para que lo sea.
Así que me estoy dedicando a leer, a pensar, a dormitar y, sobre todo, a cocinar. Cocino mucho y sin freno, y estoy volcado en llevar el kimchi a mi terreno. Pero a veces dudo si lo que más me gusta es cocinar o el vino que tomo mientras lo hago. Porque yo hago del cocinar una experiencia global, también cantando y bailando italodisco durante el proceso. Cualquier día le escribo a Al Bano para resolverle el misterio de por qué de pronto sus escuchas de Spotify han subido tanto.
Esto lo he hablado con mi madre y me ha dicho que es genético: tanto ella como mi abuelo han combinado una personalidad expansiva socialmente con un gusto (y necesidad) por estar en soledad creando (ya sea un libro, un banco de madera o una merluza en salsa). Yo la escucho y asiento porque una cosa que he aprendido recientemente es que te ahorras mucho dejando de pretender cambiar la opinión de alguien. Pruébalo, verás la de tiempo –y energía- que te queda para ti.
Otras maneras de emplear bien el tiempo: escuchando, observando o eligiendo atentamente.
Y como todo ello además puede ser un placer, voy a darte unas direcciones para que disfrutes saboreando la vista y el gusto, en soledad o en compañía.
BIBLIOTECA GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ. Carrer del Treball, 219.
Esta biblioteca sorprende por su tamaño, su luminosidad y lo placentero de sus espacios. A mí me enamoró la Sala Jardín, con hamacas y literatura de viajes. Una buena excusa para visitar la zona de Sant Martí de Provençals, con su iglesia envuelta en edificios.
Para comer una opción estupenda es EL RAMBLERO, que cuenta con un fantástico menú de mediodía y una atención amabilísima. Carrer del Pont del Treball Digne, 13.
SEDE DE LA EDITORIAL GUSTAVO GILI. Carrer Rosselló, 87-89 (patio interior).
Se trata de una joya de la arquitectura racionalista que ha pasado a ser, recientemente, un equipamiento de la ciudad. Recorrer sus espacios inalterados y descubrir un detalle aquí o un patio inesperado allá es una delicia. También se puede visitar la exposición “Líneas duras. Edificios, diseño y urbanismo en Barcelona (1949-1974)”.
Y si buscas un lugar para comer con raciocinio una buena opción es BO DE BERNAT, carrer del Comte d’Urgell, 27. Un establecimiento sencillo con una gran cantidad de platos del día donde probar recetas tradicionales catalanas.
En fin, espero haberte contagiado algo de mi ánimo por hacer poco y mejor o, al menos, haberte entretenido un rato. ¡Recuerda que no vale la pena intentar cambiar la opinión de nadie!
Un abrazo enorme.
Qué gusto que estés aquí.
IG (☞ ゚ ∀ ゚) ☞ ◙ @agustinkong
Maravilloso, como todos tus artículos 👏🏻
Querido Luis, mil gracias por tus palabras y apoyo. ¡Me hacen florecer!
Apuntado todo, menos es más se está convirtiendo en lema.
Querida Clara, no me extraña. ¡En tu caso lo que me admira es tu capacidad para ir con todo! Un súper abrazo
Gracias por descubrirme lugares de mi ciudad que desconocía.
Y me ha llamado la atención que cocinas, creo que lo leí por instagram antes que aquí, la genética de Lady Laca.
Un abrazo fuerte
Mercè
Querida Maestra, nuestra ciudad es un sinfín de sorpresas agradables, como tú. Mil gracias por tus palabras y apoyo. Un abrazo fuerte.
Pues fíjate que yo creo que hay una edad para todo: para hacer más y para hacer menos. Pero de acuerdo contigo en que no es necesario convencer a los e intentar cambiarles de opinión (hace muuuuucho que no lo hago).
Querido Uvefegé, ¡tienes toda la razón! Hagamos lo que nos pida la vida en ese momento y disfrutemos. ¡Besos!