Con todas las señales de peligro que hay en el mundo y falta una: la de la gente tóxica.
Que sí, que sí, que desde pequeño te alertan para que te alejes de las drogas, para que moderes el consumo de alcohol, para que no conduzcas bajo los efectos de los tóxicos… y no digo yo que no sea necesario, ojo, porque es fundamental, ¡pero nadie te enseña a resolver los encuentros con personas venenosas!
Para empezar no siempre es fácil detectarlas, ya que pueden confundirse con gente divertida (y ciertamente pueden serlo). Pero una señal deberá alertarte siempre: sus comentarios o bromas terminarán basándose básicamente en críticas a los demás, y es probable que te obliguen a posicionarte, “o estás con nosotros o contra nosotros”. Llegados a ese punto, cielo, estás en apuros.
Yo siempre recomiendo dos cosas: una, que a ser posible tú no estés en más equipo que en el tuyo y pases de bandos (bastantes guerras hay en el mundo ya como para empezar otras nuevas) y dos, que escuches las reacciones de tu cuerpo, que es muy sabio.
No sé a los demás, pero yo cuando estoy delante de alguien tóxico, sin necesidad de que haga o diga nada especial se me activan las alertas, me resulta difícil bajar la guardia, siento que me absorben la energía y hasta mi piel se eriza.
Pero escucha, que si te muerden no pasa nada, hace años que inventaron los antídotos para las picaduras de víbora. Eso sí, no te quedes en el nido, que entonces igual te acoplas al lado oscuro de la fuerza. Ni entres al trapo. Lo mejor, poner una barrera (física o emocional).
Gente tóxica la hay por todas partes, lo mismo que la contaminación ambiental, y en el fondo casi siempre nos aportan algo: pellizcos de diversión controlada y el ejemplo de en qué no nos hemos de convertir.
Pero lo mismo que están éstos también hallarás los contrarios. Sí, amigo, da igual que vayas a lugares en los que te sientas más rodeado de zombies y vampiros que en una película de Terror de Serie B, entre la marabunta siempre podrás detectar verdaderas perlas, incluso cultivadas.
Porque como me dijo una gran periodista ayer, nada ni nadie debería hacernos dejar de creer en las personas. Ella, que ha lidiado en mil fuegos cruzados, que ha sabido sortear más lanzas que un fakir, sigue emocionándose cuando explica lo agradecida que está a la gente que la ha ayudado y apoyado (en ocasiones de la manera más inesperada y generosa) durante su carrera.
Y si lo dice una periodista, esa especie tan necesaria y en vías de extinción, ha de ser verdad.
Ojo con la gente tóxica pero no dejéis de creer en la bondad de los desconocidos.
¡Sed muy Felices!
Posdata: os deja unas fotos ilustrativas de las sorpresas que me ha traído la vida (y los humanos) estos últimos días. Desde que te paren por la calle para sacarte unas fotos a que te inviten a la fantástica inauguración de Longchamp y termines compartiendo momentos con personas increíbles.
Por no hablar de mi madre, que se presentó, en vez de con una tarta de cumpleaños, con una empanada de cumpleaños. La gente es lo más.
¡Nos vemos en Instagram !
🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.
Si hay gente venenosa, Hong Kong Blues es la panacea.
Y a quien siembra, buena cosecha le cobija, como digo yo… =P
¡Almudena Vini Vidi es mi ídola!
Jajaja. Ya sabía yo que Almudena te gustaría. ¡Fuera veneno! ¡Besos!
Querido HKB: tu disertación sobre la clase política me ha gustado.
Claro que este tipo de gente se infiltra por doquier…
Muy interesante las reacciones físicas que describes como señal de alarma.
Un abrazo.
Jajaja. Muy buen twist con lo de la clase política. En cuanto a lo de las reacciones físicas, se llaman «contratransferencias», y resultan muy útiles… ¡Besos!
Gracias Agustin por los consejos. Buenas y divertidas fotos
Un abrazo
¡Gracias a ti por estar ahí! Siempre es una agradable sorpresa encontrarse tus comentarios. ¡Un abrazo!
Agustin eres tan autentico que deberías
estar patentado!!!
¡Nena! ¡Qué sorpresa! ¡Se te echa de menos! ¡Tú sí que deberías estar protegida como Patrimonio!
Has hecho un buen retrato de la gente tóxica y abundan, ya lo sabes..
Es cierto. Las personas tóxicas suelen ser hipercríticas y
marimandonas.
Jajaja. ¡Sí! ¡Es verdad!