“Hace falta mucho, mucho tiempo, para ser joven.” Pablo Ruiz Picasso.
“Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.” Agatha Christie.
¿Volver a tener veinte años? ¡Ni hablar! ¡Como mucho volvería si supiera lo que sé ahora! ¡Y puede que ni así!
Eso es lo que dicen muchas de las personas de mi entorno, que se sienten mejor con la edad.
En un momento en el que parecería que nadie desea (ni se le permite) envejecer, y en el que el culto a la juventud es más poderoso que cualquier religión, cada vez son más personas las que reconocen disfrutar de acumular años.
Te conoces mejor. Relativizas. Sabes qué es lo que quieres, lo que te conviene, lo que no has experimentado y harás por conocer. De hecho puedes incluso gustarte más. Haber dado con un estilo.
Los cuarenta son los nuevos treinta. Los cincuenta son los actuales cuarenta (la cantidad de personas enormemente atractivas de cincuenta años actualmente rompe mitos y barreras).
Y al final la tercera edad es la segunda juventud, cuando no la primera, pues mucha gente no tuvo oportunidad de disfrutar o descansar hasta ese momento.
Vivimos en un momento histórico extraordinario. Seguimos encontrando a chicas jóvenes que experimentan los beneficios de salir con hombres maduros (estatus, saber estar, madurez…), pero nunca habíamos visto con tanta naturalidad a veinteañeros o treintañeros disfrutando tanto de salir con mujeres hechas y derechas que les llevan una destacable cantidad de años.
Una de las Musas, que se está especializando en el mercado “jóvenes promesas” le preguntó a uno de ellos qué valoraba de salir con mujeres de más de cuarenta años. El muchacho le dijo que le encantaba la seguridad que desprendían, lo naturales y desinhibidas en la cama, la belleza. Todo lo contrario a inseguridades, mojigaterías y demás.
Caso aparte merecen las personas a partir de setenta, y, sobre todo, ochenta años. Nunca hubo unas generaciones tan activas. Hoy en día los abuelos no sólo cuidan de los nietos, también estudian, viajan, bailan y buscan de manera activa compañía y disfrute. Recientemente me hablaron de la sexualidad a partir de los ochenta años, esa gran desconocida, y me entusiasmó.
En un mundo cada vez más obsesionado con la fachada, cada vez hay más gente que sabe que acumular años es añadir experiencias. Escuchar a una persona que ha vivido es un placer enorme.
La gente que ha sabido integrar las diferentes etapas de la vida y que mantiene inquietud y ganas de vivir posee un atractivo incuestionable.
A mí siempre me gustó tener personas a mi alrededor mayores que yo, me resultaban más estimulantes. Ahora hay gente más joven que yo que muestra interés en entrar en mi entorno. Me descoloca. Pero también me resulta muy divertido. ¡Quiero ser un maduro interesante!
Disfrutad de los años… ¡y Sed muy Felices!
¡Nos vemos en Instagram !
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Sinceramente creo en lo que dices pero no hay que olvidar que no es una etapa rosa. No se puede exigir que tod@s l@s abuel@s sean felices como perdices o que la gente se olvide que la edad viene con una oxidación física que nos pone trabas.
Está bien animarnos a pensar que, evidentemente, hay muchas cosas ganas y más por ganar, pero… los años pasan y la gravedad exige tributo.
Sí, tienes mucha razón. Pero me parecía bien escribir sobre la otra cara de la moneda. Demasiado se habla ya sobre lo difícil de envejecer, jaja. ¡BESOS!
Querido HKB: me ha gustado mucho tu post, pues lo habitual hoy en día es el culto al joven…
No sé si debo preocuparme…pues ya estoy en ese lado de los ancianitos…
Jajaja, no te veo ancianita, pero la presión social actual es tremenda. A mí, personalmente, me resultas bellisima e interesantísima por dentro y por fuera. No te quitaría un solo año. ¡BESOS!
Siempre he recordado eso de que «la Juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo», es una gran verdad.
Jajaja. ¡Cierto! Besos, compañera.