Cuaderno de Atenas
Anoté en las hojas de mi cuaderno de viaje que Atenas era una ciudad viva, vivísima. Cruda, crudísima. También escribí muchas veces –tantas como gritaban sus paredes- dignidad y esperanza. Me había preparado a conciencia -como es habitual en mí- rayando lo obsesivo y la amenaza de divorcio de mi marido. Quería poder comprender lo …